A pesar de lo anterior, todo parece indicar que Madero no variará ni un ápice la estrategia que hasta la fecha ha ensayado en busca de su objetivo: aprovechar la cargada y confiar en que los gobernadores emanados del blanquiazul, con el consecuente control de sus comités directivos estatales, operen con eficiencia a su favor.
Lograr lo anterior supondrá, sin duda, la inversión de una cantidad de recursos que en mucho superará al tope de gastos de 11 millones 250 mil pesos, establecido en la convocatoria.
Es más, en corto, Madero presume tener un “cochinito” de 400 millones listos para ser destinados a su sueño reeleccionista.
Paradojas de la vida: su tío-abuelo, Francisco Indalecio, tuvo como eje central de su actividad política el luchar contra las tentaciones de eternizarse en el poder.
Ni hablar.
Sobra decir que, en este contexto, el gobernador de Puebla ha jugado un papel muy importante.
Moreno Valle ha sido uno de los principales financieros del PAN y de manera personal de los principales liderazgos del blanquiazul, quienes han demostrado que sus convicciones ideológicas y su fidelidad a los principios panistas tienen hoy un precio.
En las filas opositoras a Madero, también las encuestas jugaron un papel importante en la toma de decisiones.
De entrada, el bajísimo nivel de conocimiento que tiene Juan Manuel Oliva (20%) lo obligó a declinar a favor de Ernesto Cordero e ir en fórmula para ocupar la Secretaría General del partido.
En ese renglón, el más conocido es Gustavo Madero (80%), después estaba Josefina Vázquez Mota con arriba del 70% y un poco más atrás Ernesto Cordero que supera apenas el 60%.
Si el nivel de conocimiento hubiera sido el indicador de mayor peso para la designación del candidato opositor a Madero, Josefina hubiera sido la ungida.
Sin embargo, su declinación a participar en el proceso se dio para evitar que se detonará un auténtico escándalo mediático con los enormes pasivos que dejó Vázquez Mota después de su campaña presidencial con una gran cantidad de proveedores y prestadores de servicios.
El monto de la deuda es todavía un misterio, pero los más conservadores la calculan por arriba de los 20 millones de pesos.
Así fue la génesis de la dupla Cordero-Oliva.
El primero aporta un alto nivel de conocimiento.
El guanajuatense es tal vez el mejor “campaigner” que existe actualmente en el PAN.
Como pocos, Oliva es capaz de generar adeptos a través de discursos cargados de buena retórica en donde invariablemente apela a las emociones para convencer a quienes lo escuchan.
Sin duda, la parte de la estrategia y manejo del candidato serán su responsabilidad.
Una campaña que intentará despertar la confianza del “panismo puro” que se siente hoy traicionado por una dirigencia que ha ensayado el más absoluto pragmatismo como eje central de su toma de decisiones, lo que la ha colocado peligrosamente cerca de los intereses del gobierno del presidente Peña.
Un actor externo que no escatimará apoyos para que el “status quo” en el PAN no cambie, por lo menos en lo que resta del actual sexenio.
Por cierto, en el proceso de renovación de la dirigencia nacional blanquiazul, algunos actores políticos poblanos se juegan el todo por el todo.
Como en los albures, el todo por el todo a una sola carta.
