Instancias internacionales (bit.ly/1ercDfs) sostienen que entre 100 y 140 millones de mujeres padecen afectaciones por motivo de mutilación genital -ablación-, y, cada año, tres millones de niñas corren este siniestro riesgo.
Hasta ahora el fenómeno de la ablación se ha circunscrito a comportamientos culturales ancestrales y motivos religiosos de algunas regiones de África, Asia, el Oriente Medio y latitudes con grandes cantidades de migrantes, como en Europa, Australia, Canadá y Estados Unidos ¿Cuáles son las situaciones vinculadas con la ablación que permanecen invisibles debido a las dos delimitaciones mencionadas, pero que son conductas igualmente lesivas?
Para muchas personas podrá parecer totalmente ajena la problemática aquí descrita, porque las investigaciones se han centrado en las mutilaciones genitales por motivos culturales y religiosos, pero en nuestro contexto hay otras manifestaciones que están permaneciendo invisibles.
En ambientes parecidos a los de México, habría que vincular las ablaciones con otras conductas delictivas como la explotación sexual y los feminicidios.
Por ejemplo, hace unos días, Óscar Balderas en el periódico El Universal, recaba un testimonio de Azul, una joven explotada sexualmente, quien externó la forma como su captor castigaba a sus compañeras víctimas: “disfrutaba calentar las puntas de los cuchillos e introducirlos, hirviendo, en las vaginas de “sus” muchachas para castigarlas cuando no le entregaban, cada una, 4 mil pesos diarios por relaciones sexuales forzadas”.
Aunque la tortura descrita por Azul no se refiere a una ablación quirúrgica, sí podría provocar consecuencias similares a las ablaciones por medios físicos.
Cabe preguntar ¿Estarán provocando los explotadores sexuales ablaciones como una forma de evitar placer sexual en sus víctimas y asegurar sometimiento emocional?
Por otra parte, en algunas de las llamadas “muertas de Ciudad Juárez” se han encontrado mutilaciones genitales ocasionadas en vida y otras post mortem. ¿Cuáles serán las otras latitudes donde se entremezclan: ablaciones, feminicidios, prácticas ritualistas y delincuencia organizada?
En efecto, no se pueden equiparar las cantidades de víctimas de mutilación genital de las latitudes tradicionalmente señaladas con las que se presentan en el resto del mundo, pero mientras la ablación sea relativamente invisible no contaremos con mayores elementos para frenar esa práctica que tanto dolor ha ocasionado desde siglos.
Cada 6 de febrero se conmemora el Día Internacional de Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina (DITCMGF) no sólo para recordar las atrocidades en detrimento de los derechos humanos de mujeres de todas las edades, sino para recordar el compromiso de los Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para erradicar la ablación en el plazo de una generación.
Como es del dominio público, las conmemoraciones mundiales o internacionales implican que cada país evalúe los progresos, las dificultades, las políticas públicas, los sistemas judiciales, etcétera, de cada uno de los distintos tópicos. La mutilación genital femenina no es la excepción.
A partir del año 2012 la Asamblea General de las Naciones Unidas por unanimidad prohibió la mutilación genital femenina. En el caso del DITCMGF, el año pasado la atención se centró en la preocupante actitud de que sean los propios prestadores de salud quienes realicen la ablación.
Propongo que ONU Mujeres incorpore en su plan de acción la visibilidad de la ablación vinculada con casos de explotación sexual y como componente de feminicidios.
Si ampliamos nuestro esquema ante los planteamientos de los organismos internacionales y de las organizaciones civiles veremos que dejaremos de considerar el DITCMGF como una jornada ajena a nuestros intereses; si concebimos más cercana esta horrenda realidad estaremos en posibilidad de traer luz a miles de mujeres y paz a comunidades enteras.