Los Ángeles, la segunda ciudad con mayor cantidad de habitantes de los Estados Unidos, podría estar inmersa en un proceso de hundimiento irremediable.
Desde el exterior, la afirmación de que Los Ángeles está en peligrosa descomposición parece una postura totalmente desproporcionada, pero no es así, hay elementos congruentes que sostienen tal planteamiento.
Con el fin de conocer profundamente la situación social y económica de Los Ángeles, el presidente del Consejo de la Ciudad, Herb Wesson, invitó al experto consultor internacional de finanzas y corporaciones y exsecretario de Comercio de Estados Unidos, Mickey Kantor, para que coordinara esfuerzos prospectivos en ese sentido.
A partir de abril del año pasado, Mickey Kantor integró la Comisión Los Ángeles 2020 acompañado de personalidades como: Austin Beutner, Maria Contreras-Sweet, Brian D’Arcy, Gray Davis, Kathay Feng, Hilda L. Solis, Antonia Hernández, entre otros.
La Comisión recientemente dio a conocer los resultados de su evaluación. Las conclusiones fueron preocupantes.
A Time for truth (bit.ly/1eyOr8t) (La hora de la verdad) es el título que recibió el informe de la Comisión, el cual inicia con la siguiente afirmación: “Los Ángeles apenas se mueve, cuando el resto del mundo marcha hacia delante. Estamos fallando en adaptarnos a las realidades del siglo XXI y nos estamos convirtiendo en una ciudad en picada”.
Algunos de los graves problemas que están carcomiendo la vida en la urbe angelina son: la pobreza extrema, el intenso tráfico, la crisis del sistema educativo y la ausencia de liderazgos sólidos.
Hace un par de días el periódico El País y Yahoo! Noticias publicaron una serie de fotografías que describen perfectamente la situación asfixiante de los angelinos que viven en la calle, de los que ocupan casas de campaña, cartones y plásticos para vivir en la vía pública.
Después de ver algunas fotografías de Skid Row, zona céntrica de Los Ángeles, no queda la menor duda de por qué esta urbe recibe el mote de “ciudad de los sin techo”. Para que tenga una referencia de la magnitud del problema, le menciono que un millón de personas se encuentran en esta situación, que el 40% de la población está en la miseria y que las tasas de desempleo están por arriba de la media nacional; además de que el 28 por ciento de los trabajadores no reciben una paga suficiente para vivir.
A Time for truth también incursiona en los grandes presupuestos que se están invirtiendo en el sistema educativo formal, contrastando dichos datos con la eficiencia terminal. El balance es demoledor: menos del 60% acabarán graduándose en una escuela superior.
Tal vez el rubro donde más se puede establecer un paralelismo entre Los Ángeles y Detroit – la ciudad norteamericana declarada en bancarrota y en gran medida despoblada – sea el déficit de las finanzas públicas.
Mientras los ingresos a las arcas públicas se mantienen durante años estancado, los gastos aumentan día con día, por ello se corre el riesgo de suspender algunos servicios públicos de primera necesidad e interrumpir mantenimientos indispensables a la infraestructura. Así empezó a hacerse pública la caída y posterior éxodo en Detroit.
Afortunadamente no todo son malas noticias en A Time for truth, porque la Comisión difundió que en breve compartirá otro documento con una serie de recomendaciones, sugerencias y medidas que podrían vislumbrar estrategias para recuperar la ciudad.
Autoridades locales de otras latitudes deberían seguir el ejemplo de sus similares angelinas y escuchar la voz de sus conciudadanos, en particular de los que son expertos, tal vez aún estemos a tiempo de evitar repetir la suerte de Detroit en otras ciudades del mundo ¿se conseguirá en Los Ángeles?