Se afirma que las mujeres que estudian durante la vida y realizan aquello que les hace felices viven más. Thelvia Marín es un ejemplo de longevidad y de cómo sí es posible mantener la integridad y lucidez a casi cien años de vida.
¿Quién es Thelvia Marín y qué nos hermana con ella?
Gracias a la valiosísima labor que realiza la Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica (CIINOE) –de la cual me ocuparé en un próximo artículo- entablé amistad con Thelvia Marín.
Para compartirle quién es Thelvia Marín debo recurrir indistintamente a la información que me compartió la CIINOE y que está disponible en EcuRed, la enciclopedia colaborativa en la red cubana.
Nacida el 28 de agosto de 1922, en la provincia cubana de Sancti Spiritus, Thelvia es una intelectual que ha incursionado en muchas áreas, es escultora, pintora, poetisa, psicóloga, periodista y escritora.
Thelvia nació en un entorno completamente artístico, por ello aprendió primero las notas musicales y después las letras. Thelvia es hija de la canaria Armantina Mederos Lorenzo, quien tocaba el piano y cantaba; su padre de nombre Rogelio Marín Mir era un cubano que tocaba flauta y saxofón, además de ser poeta.
Marín Mederos se graduó como pianista y cursó estudios de guitarra, teoría y solfeo.
Thelvia estudió dos años Filosofía y Letras, dos años de Farmacia, y terminó las carreras de Psicología y la de Periodismo.
Cito los estudios formales e informales de Thelvia, para traer a colación una nota del periódico Euro Mundo Global, la cual destaca una arista del último informe de los Indicadores de Educación de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) que reza así: quienes estudian más tienen una vida más longeva.
El indicador anterior también se apuntala en la nota periodística con otra afirmación sobre ese sentido de la Fundación Británica del Corazón y el Consejo de Investigaciones Médicas: “…quienes estudian más tienen una vida más longeva. La conclusión se basa en que los telómeros que cubren el extremo de los cromosomas del ADN son más cortos en las personas con menor nivel de estudios, y esto es un signo de envejecimiento prematuro”.
Por supuesto el indicador sólo hace referencia a la educación formal porque es un factor más fácil de medir, pero debiera ser extensible a las personas que sin cursar estudios universitarios mantienen una actitud de formación permanente.
La educación permanente es una actitud y filosofía de vida por la cual aprendemos y nos formamos intencionadamente en todo momento.
Mientras cavilo en los vínculos entre longevidad y educación permanente sigo repasando la trayectoria de Thelvia Marín.
Los poemas de Thelvia cubren las páginas de distintas publicaciones impresas y electrónicas internacionales y es autora de canciones populares de gran aceptación en su país natal.
Las esculturas y pinturas de Thelvia Marín están por gran parte de América y algunos puntos de España.
Thelvia es la creadora de una de las estatuas más altas del mundo dedicadas a la paz: el Monumento al Trabajo, al Desarme y la Paz, de 21 metros de diámetro y 18 de alto.
Thelvia ha recibido múltiples reconocimientos nacionales e internacionales, entre ellos la distinción La utilidad de la virtud, que otorga a nivel nacional la Sociedad Cultural José Martí a personalidades e instituciones con una destacada trayectoria en las lides de la promoción de la obra martiana, además de ser Hija Ilustre de Sancti Spiritus.
El vínculo entre educación permanente y longevidad da para mucho más, posteriormente retomaremos el análisis.
Con Thelvia Marín lo que nos hermana es el amor al saber y al progreso, ella es una mujer que encarna el pensamiento holístico – sistémico.
¿Está usted dispuesto a envejecer con dignidad y prolongar su vida a través de la educación permanente como lo ha hecho Thelvia Marín?