Con una estrategia diferente y una visión de largo alcance, cumplió un año el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto que inicia, con la instalación de una mesa de diálogo, en la cual los principales partidos políticos suscribieron una serie de compromisos que permitieran, en la pluralidad, el avance y la construcción de una nueva etapa en México; con ello,se pudo restablecer, esa dirección de gobierno que no había podido concretarse en nuestro país en los últimos dos sexenios.
Actuar conjuntamente permitió romper la parálisis legislativa que prevalecía, inicio de la serie de reformas estructurales que se empiezan a hacer efectivas en nuestras normas para dar sustento a esa nueva visión social de gobierno en áreas fundamentales: educación, salud, seguridad, campo, economía, telecomunicaciones, corrupción, rendición de cuentas, productividad laboral, financiera, fiscal, pobreza, nuevas relaciones internacionales, derechos humanos, entre otras; y próximas a discutir para ser aprobadas en su caso, dos más, que permitirán cumplir con la Agenda Legislativa reformista de este año: la reforma en materia política-electoral y la reforma en materia energética.
Muchos años tuvieron que pasar sin reformas de fondo en este país. Ese inmovilismo generó un largo período de estancamiento y mediocridad; de ahí que reconocer a México como un país plural, en el que no pueden asumirse posturas radicales, sino es necesario escuchar y atender al resto de las propuestas; el diálogo y el consenso han sido los pilares fundamentales para su logro; y no han sido pocas las reformas legislativas que se han dado en este primer año de gobierno federal, sin duda ahora hay que concretarlas. Las expectativas siguen siendo muchas, y es necesario responder a ellas.
Por ello, en esta ruta, todas estas reformas legislativas, que han dado en llamarse de “gran calado” requieren ahora de su instrumentación, sin embargo, son la base para el diseño de políticas públicas que se conviertan en la gran palanca que mejore las condiciones de vida de todos/as: niños/as, mujeres y hombres, jóvenes, empresarios, campesinos/as, adultos/as mayores, discapacitados.
En este nuevo diseño institucional del Estado mexicano ha transformado sin duda, el perfil de nuestra nación, que garantiza gobernabilidad democrática y abre la puerta a esas transformaciones que impulsa el presidente Enrique Peña Nieto al que debe reconocerse, por encima de sus críticos, a un año de su gestión, el haber logrado construir, con su apuesta por la política, ese andamiaje de reformas legislativas necesarias y urgentes, como base de esa nueva visión social del Estado mexicano.