Pero eso no es todo, en general, para los mexicanos.
Lo que nos depara el 2014 es un auténtico madrazo tributario, aderezado con los gasolinazos que ya nos receta el gobierno de Peña Nieto y los ajustes hacia arriba en el gas, electricidad y básicos.
Nada más para ubicarnos en contexto hay que señalar que los legisladores avalaron que el gobierno priista cobre el 16 por ciento de IVA en las zonas fronterizas del país, la misma tasa en mascotas y sus alimentos, goma de mascar y transporte terrestre foráneo.
El 10 por ciento a ingresos por dividendos de las empresas, el 10 por ciento a la venta de acciones. Las empresas dejarán de deducir prestaciones a trabajadores, pues la tasa del 100 bajará al 59 por ciento.
Las personas físicas solo podrán deducir hasta 92 mil pesos o 10 por ciento de su ingreso, lo que resulte menor.
Se aplicará el 30 por ciento del Impuesto sobre la Renta para ingresos superiores a 750 mil pesos anuales. Sube la tasa máxima del 32 al 35 por ciento para quien gane más de tres millones de pesos al año.
Las grandes empresas podrán diferir hasta por tres años el pago del ISR con el nuevo esquema.
Se cobrará un peso por litro de bebidas endulzadas y se grava con 9 por ciento a alimentos con 275 calorías por 100 gramos o más.
En derechos se aplica el 7.5 por ciento a ingresos de mineras y 0.5 por ciento a la producción de metales preciosos.
Se rompe el secreto fiscal para deudores y será obligatorio tanto el uso del buzón tributario -donde se recibirán avisos de embargos- como llevar contabilidad en línea.
¿Qué más falta?
Las tarjetas de crédito al tope.
Los ciudadanos a soportar gobiernos obesos, plagados de burócratas VIP.
¡Carajo!
@AleMondras
