En la prisa por correr del cargo al gris Carlos Sánchez —quien en los hechos ha sido un auténtico cero a la izquierda—, los legisladores preparaban ya una auténtica bomba que si bien pudiera haber sido muy efectiva para la remoción del incómodo, al mismo tiempo hubiera afectado la imagen de los diputados federales priistas y por lo tanto la del “capo Beltrone”.
La estrategia consistía en comprobarle a Sánchez irregularidades en el manejo de los recursos de la partida presupuestal que se destina a la bancada para el pago de asesores, viáticos y la realización de eventos.
Según los conspiradores, tienen las pruebas contundentes y claras de las irregularidades y pretendían armar con ellas un escándalo mediático.
La intentona de albazo llegó a oídos de Manlio Fabio quién convocó urgente a un encuentro con los legisladores poblanos para analizar a fondo la situación y exponer los riesgos de tirar al coordinador bajo esas premisas.
Sus argumentos fueron muy concretos.
De entrada, consideraba que un escándalo de corrupción al interior de la bancada afectaría no solo al directamente aludido sino a la imagen del resto de los diputados federales del tricolor.
Lo anterior se agravaría por los bajos niveles de popularidad y confianza que muestran los ciudadanos hacia el PRI a pesar de haber ganado el año pasado la presidencia de la República.
Además, una situación así cuestionaría la eficacia del mismo Manlio de mantener tranquilo el rebaño que guía.
Lo mostraría como un líder de bancada débil, incapaz de controlar a sus diputados y de lograr que cierren filas en torno a un mismo proyecto sacrificando intereses y apetitos personales.
A sí fue como, a cambio de echar para atrás el tema del escándalo, Beltrones prometió buscar una solución más efectiva al problema, que pase por el cambio de coordinador, pero intentando darle una salida menos indigna.
Manlio se llevó una terna integrada por José Luis Márquez, Enrique Doger y Rocío García Olmedo de donde saldrá el nombre del nuevo coordinador.
Juran que quien lleva una ventaja clara es el diputado Márquez, quien tendría ya el visto bueno del gobernador Moreno Valle al que el legislador priista llama cariñosamente “padrino”.
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