El portal Alto Nivel publica un artículo sobre las empresas tóxicas. Según el texto, la negatividad intoxica y se convierte es una enfermedad empresarial. Afecta a una de cada 10 empresas mexicanas y genera pérdidas de productividad de hasta 33%. En 60% de los casos la fuente de infección proviene del mismo personal, afirma Emilio Pineda Sotelo, consultor de empresas y conferenciante.
Lamentablemente la toxina empresarial surge de los propios líderes y empleados. De aquellos que minimizan los logros empresariales, desprecian a personal de la firma, ridiculizan la visión y valores de la compañía, se quejan de manera continua de metas y condiciones laborales, interrumpen la labor de otros,fomentan la división y discordia, propagan chismes y fomentan miedo o angustia.
“La actitud es contagiosa y el comportamiento de los compañeros de trabajo incide en nuestra propia percepción y toma de decisiones”, dice el autor de Las 20 claves de la empresa armoniosa.
El experto en innovación y liderazgo asegura que detectar a una empresa tóxica es relativamente fácil: Es aquella donde descendieron abruptamente índices de productividad y ventas en más de 25%, donde no se generan acuerdos de manera eficiente entre diferentes departamentos, aquellas en las que tiene más credibilidad la comunicación informal que los canales institucionales y donde existen accidentes, ausentismo y enfermedades.
Clasificacion de las empresas tóxicas:
Empresa manipuladora
Seduce y engaña para obtener lo que desean de los demás y luego los desechan. Son empresas que tienen una rotación de personal muy alta, horarios “extendidos” y gran demanda de atender asuntos en cualquier día u hora. No existen promociones, ascensos o certidumbre laboral.
Empresa descalificadora
Critica permanentemente en forma irónica y mordaz. Son empresas donde el personal se rehúsa continuamente a tomar decisiones o involucrarse efectivamente en un proyecto. Se carece de ideas y apoyo.
Empresa de los eternos insatisfechos
Son sutil o abiertamente perfeccionistas y nunca terminan de disfrutar y agradecer por lo que ya tienen. En ese afán, suelen “ningunear” a su personal y no darle oportunidad de ascender o crecer. Existe alta desmotivación.
Empresa víctima
Apela a ese rol para generar culpa y pena por ellos. La percepción de empleados, proveedores y accionistas es que están a un pie de la bancarrota. Existe incertidumbre constante.
Empresa psicopática
Busca obtener sus fines sin importar a quién destruyen por el camino. Son empresas donde con frecuencia se detectan fraudes internos, abuso psicológico y sexual. Presenta un alto índice de enfermedades y accidentes laborales.
Empresa violenta e intimidante
Apela a la agresión verbal o física como una forma de maltrato y de querer ganar atención, de manera inadecuada. Se caracteriza por alta rotación, mobbing, abusos sexuales, fraudes internos transferencia de clientes y robo hormiga.
Empresa controladora
Intentan manipular al resto generándoles un sentimiento de asfixia y pesadez. En esas empresas se tardan muchos en implementar cambios, existen errores constantes, baja productividad, nulas aportaciones por parte del personal.
Empresa quejica
Se quejan continuamente de la vida y no desean salirse de esa posición. Se detectan por que el personal falta continuamente, existen accidentes laborales y alto índice de enfermedades.
Pero, ¿qué hacer frente ante una empresa enferma? Pineda Sotelo aconseja desintoxicar a la empresa con programas de comunicación positiva, motivación a cargo de profesionistas e incluso la imitación de firmas admirables.
Al final es algo similar al consejo que daría para las personas: “Júntate con personas positivas, constructivas. Frecuenta a quienes siempre tienen algo bueno que contar, que emprenden proyectos y logran metas, quienes se preparan constantemente y disfrutan de la vida”.