Eso no fue impedimento para que aprovechara la relación y traficara con sus influencias de poder, con el propósito de meterse en la campaña de Enrique Agüera Ibáñez, candidato derrotado a la presidencia municipal de Puebla.
Quiso asumir formalmente la gerencia general del equipo agüerista, pero en los hechos rebasó al ineficaz Jaime Alcántara Silva, quien se presentaba como coordinador oficial de la campaña de Agüera.
Fue un desastre todo, máxime cuando metió la cuchara nuestro personaje.
Sí, el inefable Francisco Ramos Montaño, amigo íntimo de Mario Marín Jr, quien en el sexenio de su papá lo hizo director del Instituto Poblano de la Juventud y después diputado federal priista.
Inexplicable que un personaje menor se haya metido hasta la médula ósea de la campaña agüerista y le hayan permitido definir buena parte de la guerra sucia contra Antonio Gali Fayad.
Paco Ramos entró ya arrancada la contienda. Todos los días llegaba al búnker de Mazarik, donde operaban los más cercanos a Agüera.
El yerno de la secretaria Robles, decía y le abrían las puertas y más cuando el grupo Sostén, donde funge como socia la funcionaria, entró a la operación del diseño de spots e identidad de género para jalar el voto femenino.
Todos le creyeron sus mentiras, empezando por el candidato y los operadores de medios de la campaña que siguieron al pie de la letra sus mamadas.
Paco Ramos empezó a coordinar la guerra sucia contra Tony Gali. Era quien dictaba línea a los disidentes del PAN y dialogaba con Violeta Lagunes y Miguel Ángel Labastida para atacar al candidato de Puebla Unida y de paso al gobernador Moreno Valle.
Jaló a petistas y perredistas. Promovió espacios para que personajes nacionales como Fernández Noroña vinieran a llamar dictador al gobernador poblano.
Se encargó de las historias que golpearon a Gali y las operó en medios nacionales.
En el DF le abrieron espacios al presunto yerno de Rosario Robles, para que sacaran los excesos del helicóptero Agusta del mandatario poblano, las cuentas bancarias de Gali y gracias a la filtración de un regidor panista pudo reventar la cuenta pública de Eduardo Rivera en la pasada campaña.
Así se ganó la confianza de Agüera, pues al candidato ya sólo le gustaba escuchar noticias positivas y más contra su adversario.
El resultado final ya es conocido por todos.
Pinches Paco Ramos.
@AleMondras