26-04-2024 08:34:22 PM

¿Y si el proyecto es en 2024?

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¿Y si no?

¿Qué tal si, para abonar al morbo le cuento que se está analizando seriamente la posibilidad de conformar un Plan B con el mismo objetivo, pero para seis años después?

La coyuntura política nacional en el mediano plazo podría no ser la más conveniente para el gobernador poblano, si es que realmente hay una intención real de despachar en Los Pinos y no únicamente competir por la posición.

Y es que, los siempre caprichosos astros de la política se han alineado de tal forma que ambos se encuentran en un momento de necesidad mutua.

En su presupuesto de conveniencia, para Moreno Valle se vuelve prioritario tener una coexistencia sana y de mutua conveniencia con el presidente Peña Nieto.

Proyectos de desarrollo para Puebla fondeados con recursos federales y el apoyo en la lucha contra la delincuencia son dos asuntos prioritarios que habrá que amarrar para la segunda mitad de la administración morenovallista.

Para Peña, es importante tener como aliado incondicional al gobernador poblano, hoy presidente de la Conago, en su estrategia de amarres y negociaciones para lograr la aprobación de las reformas estratégicas que ha enviado al Congreso de la Unión.

Así lo confirmó el propio Moreno valle en su discurso de toma de protesta al cargo, cuando invitó a sus contrapartes a sacrificar apetitos e intereses personales en aras de aprobar las “reformas que el país necesita”.

No hay que perder de vista que los mandatarios estatales, además de ser figuras de liderazgo e influencia en sus respectivos partidos políticos, controlan los congresos locales en donde también tendrá que legislarse sobre los cambios constitucionales que incluyen iniciativas como la de reforma energética.

Lo anterior genera facturas políticas que facilitan acuerdos.

Además, pese a que la alternancia es una realidad en nuestro sistema político, se necesitaría una catástrofe de proporciones mayúsculas para que el regreso del PRI a Los Pinos fuera un efímero destello de solo seis años.

Si hasta Vicente Fox fue capaz de que su partido repitiera en la presidencia, ¿no cree que el poderoso grupo Atlacomulco hará lo mismo?

El panorama se ve diferente después de dos sexenio, cuando el modelo de gobierno de un partido además de desgastarse de manera natural empieza a generar hartazgo en los ciudadanos.

Por eso, no sería raro que este probable Plan B del gobernador pase por las siguientes etapas:

-Primero, controlar absolutamente al PAN, lo que lograría en caso de una muy poco probable reelección de Gustavo Madero, o con la llegada de Ernesto Cordero y Juan Manuel Oliva.

-Una vez logrado lo anterior, aspirar a que alguno de ellos le herede el cargo en diciembre de 2016, cuando falte un mes y días para el término de su administración estatal.

-A partir de ahí, amarrar la candidatura al Senado por la vía plurinominal y convertirse en el coordinador de la bancada blanquiazul, lo que garantizaría su vigencia política en el ámbito nacional y la cobertura mediática necesaria para competir por la candidatura presidencial a principios del 2024.

¿Le suena imposible?

No se olvide que Moreno Valle tiene a favor un factor importante: la edad.

De confirmarse la casi increíble elucubración anterior, el hoy gobernador poblano competiría por la presidencia a los 56 años, en plena madurez política.

Así que, no sería difícil que la calentura presidencial tenga que esperar mejores tiempos.

latempestad@statuspuebla.com.mx

Twitter: @ValeVarillas

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