Hasta ahora el IMEF estaba considerado como un instituto serio, académico, referente para el análisis de la realidad económico y social del estado; pero de forma sorpresiva salta a la palestra para pedir mano en la organización del debate bajo el argumento que él si es “apartidista”.
Si bien es cierto que un debate permitiría un mejor planteamiento del plan de gobierno que tienen los candidatos a la presidencia municipal, Antonio Gali y Enrique Agüera, ¿es indispensable que se efectúe el debate?
Lo que ocurre en esta ocasión es el enfrentamiento entre dos organismos privados el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) a través de Actívate x Puebla, y el Consejo de Organismos Empresariales, en parte para demostrar quién tiene mayor representatividad, y también porque ambos tienen intereses político-partidistas aunque los dos nieguen este último.
El expresidente CCE Francisco Rodríguez Alvarez es candidato a diputado propietario por la coalición Puebla Unida (PAN-PRD-Panal y Compromiso por Puebla), desde que estaba al frente del organismo privado fue manifiesto el apoyo que tenía de los empresarios y cámaras afiliados.
Por el lado del COE, también cuenta con un candidato a diputado suplente, su expresidente Luis Gerardo Inman, por la coalición ‘5 de Mayo’ (PRI-PVEM).
Además, el CCE es más tomado en cuenta por el actual gobierno estatal, situación que no ocurre con el COE.
El IMEF siempre se había mantenido al margen de cualquier disputa de este y cualquier otro tipo; se ha caracterizado por su seriedad e influencia en temas económico-sociales, por medio del análisis puntual y la autoridad de sus agremiados, puesto que son los ejecutivos de finanzas de empresas, instituciones y dependencias.
Ahora, de manera sorpresiva el IMEF se involucra en una disputa de la podría salir muy mal parado el IMEF y su propia presidenta Taidé Alvarez Nieto, por más que ella diga que no tienen intereses partidistas,.
Resulta curioso que por primera vez el IMEF se involucre en una situación de éstas cuando la presidenta del Instituto es funcionaria de la Universidad Autónoma de Puebla, y varios de sus vicepresidentes también trabajan en la universidad.
Por supuesto que esta propuesta de Alvarez Nieto tuvo que ser aprobada por el Consejo del IMEF.
¿Es necesaria la mediación del IMEF?
¿Realmente es indispensable que se efectúe el debate?
En el caso del IMEF ¿no es preferible que sus afiliados, a través de sus diversas vicepresidencias y comités, efectúen un análisis a fondo de las condiciones que imperan en el estado?
Sería mejor que el IMEF se concentrara en hacer propuestas claras sobre cómo apuntalar el desarrollo económico del estado, las finanzas públicas, mejorar leyes, y que las mismas sean asumidas como compromisos por parte de los candidatos para incorporarlas a su plan de gobierno.
El IMEF será apartidista, pero seguramente tiene su candidato preferido.
