18-05-2024 06:52:05 PM

Educación permanente y educación continua: tergiversación de fondo

Desde hace algunos años, inclusive especialistas, emplean indistintamente y como sinónimos los conceptos educación permanente y educación continua, sin embargo existen diferencias de fondo que si son soslayadas impiden apropiarse de la realidad, confusión o engaño que detienen gran medida el desarrollo de los pueblos.

La palabra educación etimológicamente hace alusión a dos sentidos: conducir, guiar, orientar (educare) y por otro lado hacer salir, extraer, dar a  luz (educere) (Diccionario de las Ciencias de la Educación. 1995); estas dos posturas en relación con la educación y los procesos educativos ha confrontado propuestas, programas y políticas públicas alrededor del mundo. Ante la confrontación de conducir y hacer salir surge una tercera postura ecléctica que asume la educación como la confluencia,  enlace  y potenciación de ambas.

Internacionalmente se acepta la existencia de tres tipos de educación: formal, no formal e informal. La educación formal se refiere a los sistemas escolares organizados en distintos niveles dependientes unos de otros. La educación no formal se refiere a los espacios que no constituyen grados escolares y que generalmente se expresan a través de cursos, conferencias, encuentros académicos, etc.  La educación informal se refiere a la que está presente en todos los lugares y se constituye a través de la convivencia diaria.

Es en el contexto de la educación formal y como evolución de las bondades de la educación no formal como se constituye la educación continua.

La educación continua como su nombre lo indica es una prolongación de los espacios formales y emerge tratando de atender necesidades de especialización y actualización.

En el contexto de lo que representa la educación continua en las últimas décadas la promoción de espacios tendientes a desarrollar programas de aprendizaje práctico y teórico ha cobrado fuerza, generalmente posteriores a la formación obligatoria o universitaria. La educación continua puede prolongarse a lo largo de la vida de las personas, pero sólo se circunscribe en la edad adulta.

Atendiendo a los tipos de educación, la educación continua se encuentra en el ámbito de la educación formal y no formal, retomando principalmente componentes de la segunda.

En cambio la educación permanente es una visión filosófica de la vida tendiente a desarrollar movimientos de formación  individuales y colectivos liberadores;  se sustenta en el principio de educabilidad en el hombre.

La educación permanente es soporte de los tres tipos de educación (formal, no formal e informal) está presente en cada uno de ellas y da sentido a las interconexiones que se generan a través de los distintos espacios (formales, no formales e informales) y que a simple vista parecen desorganizados e incoherentes.

La educación permanente en las décadas de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado se identificó erróneamente como sinónimo de educación para adultos, posteriormente se concibió como una sola a la educación para jóvenes y adultos, pero continúa distante del sentido amplio y profundo. En una tercera fase se toma a la educación permanente como extensiva a lo largo de toda la vida, desde el nacimiento y hasta la muerte.

En la Conferencia Internacional de Hamburgo (1997) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (UNESCO), ante la inminente llegada del siglo XXI se proclama un trozo de futuro:

“ El reconocimiento del derecho a la educación y el derecho a aprender durante toda la vida es más que nunca una necesidad; es el derecho a leer y escribir, a indagar y analizar, a tener acceso a determinados recursos, y a desarrollar y practicar capacidades y competencias individuales y colectivas.”

Como puede apreciarse en este párrafo se hace alusión a la inteligencia individual, a la inteligencia colectiva y al derecho a aprender toda la vida, esto último como un principio que va más allá de las instancias formales y espacios no formales.

Un año después (1998), en La Declaración de Mumbai sobre el Aprendizaje Permanente, la Ciudadanía Activa y la Reforma de la Educación Superior, representantes de gran parte del mundo asientan:

“Tomar en serio los ideales del aprendizaje permanente tiene consecuencias de gran alcance para nuestra comprensión de lo que es el saber, de lo que es la enseñanza, de lo que es la investigación y de lo que es el compromiso con la comunidad. Se ha sugerido algunas veces que los grupos dominantes del saber en nuestras instituciones de educación superior representan un grupo parcial y, en un sentido histórico, un grupo colonizado del saber. La educación permanente apoya la descolonización de las mentes incentivando la reconsideración de las relaciones existentes entre el conocimiento científico, frecuentemente entendido como el oficial, y los conocimientos muy diversos de comunidades, culturas y contextos locales”

Me quedo con esta frase para resaltar lo que he venido abordando párrafos anteriores sobre el sentido liberador de la educación permanente: “La educación permanente apoya la descolonización de las mentes…”

Para todos es importante clarificar que no es lo mismo educación permanente que educación continua, que la segunda está incluida en la primera y que perder de vista esto implica generar procesos educativos parciales y enfocados a  la inmediatez.

Todo lo anterior, por cierto,  en la medida en que en las dos últimas décadas la UNESCO pierde presencia y fuerza internacional mientras los gobiernos del orbe siguen cada vez más  los dictados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE); una instancia de carácter económico cada vez más incidente y única en asuntos internacionales educativos.

*Abel Pérez Rojas (México, 1970)  poeta, escritor, comunicador y doctor en Educación Permanente. Dirige Sabersinfin.com.

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