Desde hace varios años la economía mexicana presenta un comportamiento estable, incluso salió bien librada de la crisis de 2008 y fue la primera que mejor se recuperó comprado con el resto del mundo; el problema está en su lento crecimiento y en que la población en general no siente los beneficios de esa estabilidad macro.
También es cierto que se requiere propiciar un mayor crecimiento económico, mediante la reactivación del mercado interno, combatir la evasión fiscal, la economía informal y acabar con privilegios fiscales.
Entre las opciones para lograr lo anterior, está la reforma hacendaria, la cual deberá incluir la revisión de toda la gama impositiva, con ajustes al alza o a la baja, ampliación o generación de nuevo rubros.
Por supuesto, lo anterior tendrá mayor repercusión en las personas físicas, y de éstas en las de ingresos medios.
El PRI y PAN son los que ahora apoyan la revisión hacendaria, el primero ahora propone lo que en su momento rechazó cuando el segundo era gobierno.
Pero en tanto se propone la reforma hacendaria, existen varios “frentes abiertos”: está la informalidad en la que se mueven más de 14 millones de mexicanos; una tasa de desempleo superior al 5.0 por ciento; aunado a la baja calidad de empleo formal, es decir salarios muy bajos por largas jornadas laborales; además de una planta industrial mexicana mermada y que no ha podido (sabido) enfrentar la competencia extranjera.
La reforma hacendaria tendrá que ser planteada de tal forma que permita disminuir lo anterior, y sus efectos negativos sean de cortísimo plazo, es decir que sea mínimo el tiempo que lleve el ajuste para los millones de contribuyentes que verán alterados sus presupuestos.
El gobierno deberá contar con una adecuada estrategia, pues no querrá ver que pese a la reforma se agudice la economía informal, que el subempleo mantenga su crecimiento, y que se mantenga el mismo número de contribuyentes cautivos.
Si lo anterior se agudiza ninguna política social será suficiente, no importa si se llama cruzada contra el hambre, oportunidades, o 70 y más.
Habrá que esperar qué tanto alcance tendrá la reforma hacendaria y bajo qué términos se aplicará.
