22-11-2024 10:22:41 AM

Memoria histórica

La memoria histórica es fundamental para entender el camino por el que nuestro país ha transitado, así como los procesos que ha tenido  para llegar a las transformaciones del México contemporáneo.

Muchos de estos acontecimientos, son episodios muchas veces terribles; y sin embargo reflejan el cúmulo de historias vividas, muchas veces convertidas en grandes mitos y leyendas, pero todas, son parte de la formación del Estado Mexicano.

Uno de esos episodios terribles en la historia de nuestro país fue sin duda el golpe de estado de febrero de 1913 que culmina con el asesinato del presidente Francisco I. Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez la noche del 22 de febrero de 1913.

Hace unos días se llevaron a cabo las conmemoraciones de los 100 años de este suceso que fue sin duda, punto de partida de los movimientos revolucionarios que se alzaron por diferentes partes del país y que tod@s conocemos como Revolución Mexicana.

Este episodio toca sin duda a la Cámara de Diputad@s y la de Senador@s en la figura de destacados legisladores, sacrificados durante el régimen de Victoriano Huerta: Serapio Rendón Alcocer, Adolfo G. Gurrión, Gustavo A. Madero, Eduardo Neri Reynoso; así como los diputados suplentes Edmundo Pastelín y Néstor  Monroy que junto con el entonces senador Belisario Domínguez, se distinguieron por su oposición al régimen dictatorial de Victoriano Huerta por lo que fueron asesinados.

La Cámara de Diputados en su honor en 1954 aprobó la inscripción con letras de oro los nombres de estos distinguidos legisladores miembros de la XXVI Legislatura del Congreso de la Unión, el Diario de Debates de esa fecha recuerda a éstos mártires que “hicieron sentir con su sacrificio personal, la dignidad de la representación nacional, al levantarse en enérgica protesta en contra del soldado sanguinario y atrevido que usurpara el poder, manchándose con la sangre de los mártires de la democracia”.

Posteriormente y a efecto de incluir el reconocimiento a 13 miembros más de esa XXVI Legislatura que sufrieron persecuciones y permanecieron encarcelados en la Penitenciaría del Distrito Federal desde el mes de febrero de 1913 hasta el mes de octubre del mismo año, la Cámara de Diputados aprobó en 1955 la inscripción con letras de oro de la leyenda “A los Legisladores Mártires de 1913”.

Entre ellos, la versión estenográfica refleja los nombres de los representantes por Puebla: Alfredo Álvarez, Benjamín Balderas Manríquez, Luis G. Guzmán, Manuel J. Méndez, Enrique M. Ibáñez, Alfonso Cabrera, Luis T. Navarro; diputados integrantes de la XXVI Legislatura del H. Congreso de la Unión, quienes fueron perseguidos, encarcelados, desterrados.

Este pasaje de la historia que hoy recordamos, sin duda obliga también, a recordar los nombres de los legisladores poblanos que también levantaron la voz para la formación del Estado Mexicano.

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