La calle y no otra dependencia gubernamental aguarda a los 63 ex trabajadores sindicalizados del extinto Instituto Estatal para la Asistencia Pública del Estado de Puebla (IAPEP), quienes buscan el cobijo de su líder, Héctor Posadas, para evitar que sean dados de baja mediante una renuncia voluntaria con liquidación.
A las 11 horas de este lunes 7 de enero, los empleados acudirán a la sede del l Sindicato de Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado y Organismos Descentralizados en busca de que se analice caso por caso, debido a que hay empleados con más de 25 años de trabajo que estaban a punto o en trámites de jubilación.
Cabe señalar que el proceso de liquidación de los sindicalizados inició el pasado 2 de enero, y que al día siguiente al acudir a la sede sindical previa cita de los delegados, fueron plantados por Posadas Manzano, quien aun estaba de vacaciones.
Diversos empleados revelaron que tanto los dirigentes sindicales como el representante del gobierno estatal, José Bracamontes, les han advertido que hablar con los medios de comunicación dificultará el proceso de liquidación, pues será difícil mantener sus plazas en alguna otra área de la administración.
En cuanto a los más de 200 trabajadores de confianza entre los que se encontraban los valuadores del “Monte de Piedad” – casa de empeño transferida a Prendamex-, algunos cuentan que no han firmado renuncias por la mínima cantidad que les ofrecen como liquidación, aunque algunos si firmaron ante la desesperación de quedarse sin dinero y sin empleo en el arranque del 2013.
Añaden que los que aun no han sido liquidados son citados en Reforma 710- donde operaba el IAPEP- en grupos no mayores de tres personas para evitar que generen conflictos o manifestaciones.
Bajo la gracia del anonimato, un trabajador relató a Status que por 13 años de trabajo en el IAPEP, le ofrecieron 11 mil pesos como liquidación, por lo que no aceptó y acudirá ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA) ya que de acuerdo a la Ley le corresponden cerca de 90 mil pesos como finiquito.
Añadió que sabe de compañeros que estaba en proceso de jubilación que “cayeron en cama enfermos de tristeza”, pues igual serán liquidados y se quedarán sin pensión pese a haber dejado su vida en el servicio público.
