Por simple regla de nuestra naturaleza humana lo normal es ser diferente, sin embargo, en contra de su propia esencia, muchos se esfuerzan por encajar dentro de los cánones establecidos tanto por el miedo como por el conformismo y el interés, lo cual los hace parte de un rebaño dócil que los “pastores oportunistas” pueden manejar tranquilamente según les convenga a sus intereses. Por esto mismo, irónicamente,ser normal, diferente, te convierte en una persona problemática, al menos en el plano social, por la simple razón de que no formas parte del rebaño.Ante los ojos del poseedor del báculo eres de esos entes raros, nebulosos y peligroso, que atenta contra la estabilidad del sistema por intentar avanzar por el camino correcto, lo cual, hoy en día es sinónimo de avanzar contra corriente. Por consecuencia lógica este acto de resistencia cívica genera turbación a su alrededor.
Tal fenómeno es técnicamente comprensible ya que el instinto de supervivencia no repara en realizar lo que sea necesario para sobrevivir dentro del medio en el que nos desarrollamos diariamente, y esto va mucho más allá del plano “físico”, pues la necesidad de conservación se extiende al plano laboral, social, económico y hasta sentimental. Por mantener un empleo, un negocio, un status, una relación, muchos hacen lo que se tenga que hacer, aunque eso implique adormecer sus conciencias y/o enmascarar su personalidad.
Esto ha ocasionado que muchos se adapten a la corriente no por convicción, sino por necesidad, por simple y llana resistencia a perder, en ocasiones, todo.
En un principio este proceso puede causar cierta resistencia, dolor, inestabilidad emocional, empero, a medida que el tiempo va pasando, la resistencia es mínima, el dolor soportable y la inestabilidad controlable.
Dentro este tenor, el individuo que inocentemente trata de mantenerse congruente, termina pagando un precio incongruentemente alto por tal osadía.
Y por muy bizarro que parezca, pertenecer a esta casta de “problemáticos” te genera muchos problemas, ya que estar en contra de la tranza y la corrupción te cierra muchas oportunidades de negocio, el ser claridoso al hablar limita tus conversaciones, mostrar tu vulnerabilidad en un acto de fortaleza te convierte en presa fácil de los débiles, exigirle a nuestros gobiernos resultados y criticar las acciones de lesa ciudadana que comenten te etiqueta como un inadaptado.
Tu servidor, como todo buen ciudadano problemático e inadaptado social, intento que mis acciones sean reflejo de mis palabras, que mis palabras sean reflejo de mis pensamientos y estos, a su vez, reflejo de mis sentimientos…. Sí, ¡está cabrón!, por eso digo que “intento”, no siempre me sale y, a veces, cuando me sale, me va de la fregada, pero… lo seguiré intentando.
Sin duda, como ven, soy de los problemáticos… ¿Y tú?
José María Pumarino: Escritor, caricaturistas y empresario. Ceo/SeniorPartner de Bushido.mx
