Por primera vez, después de que en diciembre del año anterior fuese aprobado por la Asamblea General de la ONU la Resolución 66/170, se conmemoró el Día Internacional de la Niña; cada 11 de octubre se hará ésta recordación que permitirá hacer conciencia sobre la situación de vulnerabilidad que viven millones de niñas en el mundo.
Se trata, de romper el ciclo de discriminación y violencia que viven y crear esa conciencia que permita “el apoyo y la participación activos de los padres, tutores, familiares y cuidadores, así como de los niños y hombres y de la comunidad en general” a favor de “proteger el goce pleno y efectivo de sus derechos humanos” señala la Resolución la ONU.
Uno de estos actos de violación a los derechos humanos de las niñas es el matrimonio infantil que las obliga a asumir responsabilidades para las que no están ni física, ni biológicamente preparadas; y este es justo el tema que se observa en este primer año de conmemoración.
“Terminar con el matrimonio infantil” lema propuesto para este año, derivó en el conocimiento de algunos datos que demuestran la urgencia de hacerlo visible. Una de cada tres mujeres de mujeres de 19 a 24 años de edad (80 millones) se casaron o las casaron sus padres antes de cumplir 18 años, por razones económicas, de costumbres, de etnia o religiosas, cifra que se estima incremente a 150 millones en los próximos diez años.
El matrimonio en edades tempranas, sin duda corta la infancia de las niñas, que interrumpen su educación, provocando la reducción de oportunidades para ellas; pero especialmente aumenta el riesgo de violencia y abuso en su contra, causa embarazos tempranos y no deseados que ponen además, en peligro su salud y sus vidas; tal vez por ello Ban Ki-moon, Secretario General de la ONU señaló en su discurso por esta fecha “Dejen a las niñas ser niñas y no novias” ilustrándonos también que “en los países en desarrollo, el 90% de las madres adolescentes están casadas y las complicaciones relacionadas con el embarazo son la principal causa de muerte en este grupo de edad”
En México además, hay un proceso a la alza, de embarazos entre adolescentes, casadas o en unión libre, las más de las veces solo “para salvar la honra de la familia” muchas niñas-adolescentes están embarazadas prematuramente, aún cuando datos oficiales refieren que la tasa de fecundidad ha disminuido en nuestro país, cuando de adolescentes se habla, se incrementa; según datos del INEGI a inicios de la década de los 90as, 12% de mujeres de 15 a 29 años tenían un bebé, para el año 2009 este porcentaje se elevó en un 15.5%.
En 1999 en México nacieron 372 mil niñ@s de madres de entre 15 y 19 años edad; y actualmente 612 mil 284 niñas menores de 18 años son ya madres, incluso con más de un hijo, la mayoría provienen de zonas rurales, indígenas y de zonas urbanas marginales.
Y la Encuesta de la Dinámica Demográfica ha señalado que el 61.2% de adolescentes no usa ningún método anticonceptivo; como consecuencia al quedar embarazadas, además de lo mencionado, inicia un ciclo de pobreza.
De ahí la importancia de esta Declaratoria, que sin duda obliga a hacer conciencia en esta problemática.
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