Felipe Calderón al cuarto para las doce presenta una iniciativa para modificar la Ley Federal del Trabajo, y puso a prueba al famoso “PRI modernizador”, que es rehén del corporativismo sindical.
Son modificaciones “diluidas” que no benefician en anda a los trabajadores, sí a los patrones y a los líderes sindicales, únicamente.
Análisis y opiniones sobre esta reforma ya las han vertido investigadores, académicos y algunas representaciones obreras (pues la gran mayoría han permanecido calladas, hasta la UNT), sería redundante repetirlas en este espacio.
Sólo señalar, si las propuestas que están por aprobarse en México son tan positivas (se dice similares a las de Estados Unidos), entonces ¿porqué después de tres años de la crisis, el país del norte no recuperó ni superó el nivel de empleo previo a la crisis?
Allá tienen la contratación individual, pago por horas.
Pero la gran diferencia es que en Estados Unidos el pago es de unos 7 u 8 dólares, mientras que aquí el día se paga en apenas 60 pesos mínimo.
Así, el dictamen podrán discutirlo este día los legisladores en la Comisión, pero quedan días para que se aborde en el lo aborde en el Pleno.
El proceso de la reforma a la Ley del trabajo es el mismo seguido para el famoso gazsolinazo de hace años con la alianza PRI-PAN.
El plazo para que esta iniciativa “preferente” vence el 1 de octubre. Es cuando se cumplen los 30 días naturales conforme se establece en este tipo de de iniciativas.
Si esta iniciativa sale avante en el Pleno, entonces Calderón cerrará como el presidente que sí logró una reforma estructural: la laboral, en detrimento de los trabajadores