Recientemente la paraestatal Petróleos Mexicanos anunció que será hasta el segundo semestre de 2013 cuando podría normalizarse la entrega de gas natural a la industria, es decir terminar con los constantes cortes de fin de semana de este energético.
La falta de previsión y de inversión en infraestructura ha propiciado que desde finales de 2011 hasta la fecha no sea continuo el abastecimiento de gas natural, incluso aquellas empresas que aumentaron su consumo por una mayor producción se ven en serios problemas para ajustar su actividades.
Los argumentos dados por Pemex han sido diversos para aplicar cortes en el suministro: que si las lluvias, que si las inundaciones, fallos eléctricos o el mantenimiento a instalaciones.
Industriales consultados afirman que fue la falta de previsión de la paraestatal para invertir en infraestructura, pues de antemano se hacen las proyecciones de posibles consumos en diversos sectores, en este caso de la industria.
Y no es por falta de este energético. Un reporte de BBVA Research indica que México cuenta con suficientes recursos en gas natural, pues se cuenta con los yacimientos maduros, es decir los de Cantarell, Burgos y otros actualmente en explotación
Con base en ello la producción de gas natural hasta 2011 era de 5 millones 913 mil de pies cúbicos al día.
Incluso, según las proyecciones para el año 2026 habrá una mayor variedad de yacimientos para la explotación de gas natural, además e los yacimientos maduros ya mencionados, estarán otros en aguas profundas, en Shale gas, y varios más en exploración.
En el mismo reporte, se establece que con base en el Plan Nacional de Infraestructura elaborado por la administración de Calderón, se preveía una baja en la producción de crudo, y cierra el gobierno con una producción de poco más de 2.5 millones de barriles diarios,.
Caso contrario es lo que ocurre en el gas natural que de 4.5 millones de pies cúbicos diarios que se explotaban en el año 2000, para el cierre de esta administración se está en una producción cercana a los 6 millones.
Por consiguiente la capacidad instalada para trasladar ese energético y ya entregarlo a las empresas resultó insuficiente; no había correlación entre lo esperado en la producción de gas natural y la infraestructura.
De ahí el problema que actualmente enfrentan un gran número de empresas en el país.
En reuniones con Pemex los industriales del país han intentado dar soluciones en el corto plazo para el abastecimiento, pero nada parece concretarse, y en ese sentido la paraestatal informó que el problema continuará hasta el próximo año.
En Puebla son las empresas grandes las consumidoras de este energético, y que ante los recortes deben hacer algunos ajustes en su producción, sobre todo de tiempos, puesto que tienen que cumplir con volumen de entrega del producto en una fecha determinada, y eso les genera un incremento en su costo de operación.
Aunado a ello, está el abasto de gasolina, que si bien no existe una carencia del combustible sí se nota en algunas estaciones su irregular operación, ya que los propietarios de las gasolinerías deben ir por el combustible Veracruz, por ejemplo.
En este caso se argumenta que la “ordeña” o tomas clandestinas en los ductos de Pemex ha mermado el flujo de la gasolina hacia Puebla, concretamente.
Por lo visto la delincuencia le lleva la delantera la paraestatal, pues es tan elevado el número de tomas clandestinas y el volumen de combustible extraído, que ya no llega con la presión que debería para atender sin contratiempos la demanda en el estado.
Tan sólo en ambos casos, la administración de Peña Nieto deberá actuar lo más pronto posible para que el aparato productivo realmente pueda funcionar sin contratiempos.
En materia de gas natural, debe atenderse la infraestructura ya instalada, al tiempo que deben aprovecharse los nuevos yacimientos, y en ambas situaciones se requieren mayores recursos.
Incluso la inversión en gas natural podría ser menos costosa, y su desarrollo es importante desde su extracción hasta la infraestructura necesaria para su distribución y comercialización.
La respuesta no sólo debe estar en el presupuesto federal que se le asigne a Pemex durante 2013 sino también en cómo se elabore la iniciativa para reformar y/o reorganizar el sector energético que ofreció Peña Nieto durante su campaña, lo cual no implica -según dijo- la privatización total de la paraestatal.
