El IFE llevó a cabo en todo el país, el domingo la Consulta Infantil y Juvenil 2012, que permitió a niños y niñas expresar sus opiniones sobre lo que ellos y ellas viven en su entorno.
Me tocó observar en diferentes municipios y espacios públicos, cómo las madres llevaban a sus pequeños a participar en esta Consulta.
Este ejercicio ha sido convocado por el IFE desde 1997, y cada tres años desde entonces, lo realizan.
El domingo me acerqué a uno de los módulos y me pude percatar de algunas opiniones que con la ayuda de sus madres y la orientación de las jóvenes que estuvieron a cargo, expresaban algunos niños y niñas.
Imposible no sentirse preocupado por sus menciones “no quiero que se maten las personas, como sale en la tele” “no quiero que maten a niños” “no quiero que me pegue mi papá” “no quiero que los muchachos grandes se peleen” “no quiero que le vaya a pasar algo a mi mamá” “no quiero que mi papá le pegue a mi mamá” y mejor haya “buenos en el gobierno para que nos ayuden”
Todos los comentarios en la percepción de los niños se refieren a actos de violencia, se sienten con temor y miedo y por supuesto vulnerables.
Si los niños y niñas son parte integrante del progreso de la humanidad como lo establece UNICEF, me parece que los comentarios nos indican, que en México no se ha logrado, que los niños se sientan protegidos y las condiciones que hoy prevalecen no garantizan “crecer en un ambiente de salud, paz y dignidad”
Si datos oficiales revelan que en México hay una población infantil en promedio de 30 millones, entre 0 y 14 años y que la zona Puebla-Tlaxcala concentra en conjunto, junto con las otras tres zonas metropolitanas de mayor tamaño en el país -Valle de México, Guadalajara y Monterrey- casi la mitad de menores de 0 a 14 años, significa que la cuarta parte de los niños que residen en este país, están justamente situados en estas zonas, de ahí que me parece fundamental, trabajar en el cumplimiento de sus derechos.
Y si además atendemos la opinión de l@s niñ@s, cuando se arrojen los resultados de esta Consulta, que seguramente resultarán incómodo para muchos; me parece, que en esta etapa en la que habrá cambio de Poderes en el país, es un muy buen momento para construir compromisos que permitan realizar acciones que influyan en las políticas públicas a favor de niños y niñas.
El compromiso al conocer los resultados finales de esta Consulta, aunado al estado que guarda la situación de los niños en México, -basados en los diagnósticos e investigaciones existentes- debe ser, plasmar en leyes generales, las acciones que las Instituciones públicas deben realizar, para atender de manera integral a la población infantil y juvenil y comprometernos a su atención.
Se trata de unir voluntades y articular esfuerzos para cumplir con una misión central: promover el cumplimiento de los derechos de niños y niñas y adolescentes en todo el territorio del estado de Puebla.
Y con ello cumplir con el objetivo de “crecer en un ambiente de salud, paz y dignidad”.
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