A la hora de la función nadie llegaba, por lo que el dueño decidió bajar el precio y decía:
-¡Vengan a ver al león más feroz nunca antes visto por sólo 30 pesos!-
Pero nadie llegaba, y así siguió bajando el precio, por sólo 20 pesos, 10 pesos, y nada, hasta que al final dijo:
-¡Pasen a ver el león más feroz, ¡gratis!
Y se llenó la carpa que casi se reventaba, y el señor puso estacas alrededor de la carpa y después dijo:
-A 200 pesos la salida porque, ¡vamos a dejar libre al león!-