Desde la nominación de la señora Josefina Vázquez Mota como la próxima candidata del PAN hemos venido leyendo diversas posiciones en torno a esta candidatura. Llama mi atención las menciones de ella misma usando como argumento central de su discurso el que es mujer y esto, por supuesto es por sí solo sin duda trascendental; incluso, últimamente y con el propósito seguramente de reafirmarlo ha comparado su postulación con la de mujeres de distintos países de Latinoamérica que lograron triunfar.
¿Será este argumento su única fortaleza que le permita avanzar para ganar la elección? Me parece que no será suficiente.
Y lo afirmo, porque si bien el hecho de ser mujer es una gran oportunidad para sumar votos, lo es también el estado de crisis en el que ha colocado al país su propio partido político, el PAN en el gobierno que hoy la postula.
De manera que al hecho de ser mujer tendrá que colocar en paralelo el proyecto de gobierno que proponga; y hoy lamentablemente para ella, representa la continuidad de un proyecto de partido en el gobierno, que con el solo hecho de pensar en la alternancia había generado una gran expectativa de gobierno, y casi doce años después, ha fracasado. Datos oficiales en todos los rubros de la vida nacional, lo confirman. Y ella permanentemente ha venido refrendando en sus discursos: “no habrá cambios en la política del gobierno del presidente Calderón”
Y esto es una verdadera lástima porque en efecto es sin duda un gran logro que una mujer sea postulada. Sin dejar de reconocer la aportación que en su momento lograron Rosario Ibarra en 1982 postulada por el PRT, Marcela Lombardo en 1994 del PPS, Cecilia Soto en 1994 del PT y Patricia Mercado en 2006 por México Posible, postuladas todas por partidos con ideología de izquierda; Josefina Vázquez Mota logró brincar incluso la misoginia del PAN y ser postulada.
A ello debemos agregar que las Presidentas de distintos países de Latinoamérica referenciadas mucho por la Señora Vázquez Mota, en sus últimas participaciones; todas ellas no ganaron sólo por su condición de mujeres, todas ellas iban precedidas de largas luchas sociales en lo personal y como partidistas, a mayor abundamiento venían de gobiernos de izquierda avalados por sus resultados y con un gran respaldo popular. Diferencia fundamental a la que hoy guardan los gobiernos federales de extracción panista que han gobernado los últimos dos sexenios en México.
Sin embargo también existen grandes diferencias en el uso del concepto. Para explicarlo me ayudaré del texto de Martha Lamas “Feminismo. Transmisiones y Retransmisiones” que reconoce que muchas mujeres han quedado atrapadas en la moda “fetichizada del género”. Tal vez sea el caso de la Señora Vázquez Mota, porque si bien para la teoría es “válido” que para movilizar políticamente al gran sector de mujeres -sin olvidar que representamos más de la mitad del total de votantes- se convoque a hacer política “como mujeres”; también para ello es necesario revisar donde están situadas aquellas personas que hablan y para qué usan el concepto; ya que “el quien y el cómo, definen el qué.”
De manera que necesitaremos conocer donde se ha situado Josefina Vázquez Mota para hablar y usar la postura de interlocutora ¿ha sido solidaria con las mujeres y sus causas durante el tiempo en el que se ha desempeñado en distintos cargos públicos desde el año 2000 cuando apareció en la escena de lo público, algunos con la facultad de ejecución y en otro de representación política? Me parece que no.
Solo algunas reflexiones nos lleva a esa respuesta:
La mayoría de las mujeres mexicanas no queremos más muertos inocentes, muchos de los cuales han sido esposos o hijos/as; y Josefina Vázquez Mota ha precisado en sus discursos que “no habrá cambios en la línea de gobierno”. ¿Seguiremos entonces inmersas en la violencia y en el miedo?
No recuerdo acciones de política pública -específicas- dadas las condiciones de inequidad que han prevalecido, que haya priorizado especialmente hacia la educación de mujeres y niñas, cuando fue Secretaria de Educación. O alguna propuesta de su parte para la distribución equitativa de las responsabilidades familiares.
No recuerdo incluso, si haya fijado alguna postura cuando la muerte terrible de niñas y niños de la guardería ABC.
Tampoco recuerdo si haya habido una política pública dirigida especialmente a revertir la feminización de la pobreza cuando era Secretaria de Desarrollo Social. Entre los pobres de México las más pobres son las mujeres.
No recuerdo su lucha por lograr mayor presupuesto público para institucionalizar el enfoque de género, cuando fue Diputada Federal; o, alguna Iniciativa de su autoría a favor del avance de las mujeres.
Tampoco le he escuchado -hasta ahora- cuál es su posición respecto a los derechos sexuales y reproductivos.
No sé si tenga algún trabajo compartido de defensa de las mujeres que hoy son criminalizadas por ejercer su derecho a decidir.
Dice Catherine Gallagher que una de las formas en que las mujeres legitiman su lenguaje público es la “solidaridad con un sujeto colectivo” por eso creo que la posición de Josefina Vázquez Mota no ha coincidido con la consideración que de ella misma hace; porque no es lo mismo hablar “como mujer” que hablar “desde un cuerpo de mujer”.
Las mujeres desde distintas trincheras hemos luchado por más espacios en cargos de decisión, sin duda necesarios y fundamentales para el avance de la democracia en México. Lástima que la interlocución de Josefina Vázquez Mota, no sea del todo congruente, con el género al que hoy tanto reivindica; pero más lamentable aún es que esta gran oportunidad de que una mujer sea postulada al cargo de mayor representación en México, haya sido a través de un partido político que en los casi doce años de ser gobierno no ha dado resultados.
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