1.- A López Zavala le apoyamos incluso contra su voluntad, rodeado de incompetentes hombres de poder por designación, corruptos muchos de ellos, aplicaron gracias a su influencia con él, conductas de hace 30 o 40 años, líneas de acción detestables por su anacronismo, que muchos priistas jamás admitimos ni soportamos, ni mucho menos la poblanidad.
2.- Al estilo antiguo empezó a funcionar un comité de campaña alterno de política pueblerina para recibir lealtades, promesas o apoyos. Hacían esperar por horas a los fieles para darles minutos breves de atención, sin distinguir: Lo ingente de lo urgente; la información metodizada del halago vano, el chisme o la intriga de la sugerencia inteligente.
3.- Ajenos todos incluyendo Javier a las nuevas herramientas de Ingeniería de Organización Social, como son: el P.N.L.; la Fusión de Grupos; el Liderazgo Gerencial, la Génesis de Imagen Institucional o personal, navegábamos todos con la improvisación de improvisados ejecutores de campañas electorales en áreas urbanas como son las comprendidas en Angelópolis I y II.
3.1.- Jamás el priísmo poblano olvidará el trabajo desmesurado que ejecutaba todo el día y parte de la noche un comité directivo estatal encabezado por Alejandro Armenta Mier, el cual tenía que lidiar con los que proponíamos razonables medidas de acción, contra la oposición, y contra, un comité de campaña paralelo, sujeto este a la vez, al mandato de un director de una supuesta empresa de trabajo electoral, que confundió en todo momento su campaña aldeana de 6 años anteriores, librada contra un candidato panista sin recursos económicos, sin la mass media del D.F. a su servicio; y con recursos humanos muy locales.
3.2.- Armenta Mier hacia un trabajo de Penélope masculina cosiendo todo el día voluntades priistas, mientras otros víctimas de su ambiciosa ingenuidad, deshacían en las noches con acuerdos extra racionales lo creado, mientras el cuerpo opositor integrado en una mega coalición en un simple afán de complicidad por la conquista por el poder, navegaba con gran comodidad gracias a las traiciones, infidencias, deslealtades y deserciones de algunos compañeros de partido, ahora debidamente recompensados con altísimos cargos administrativos
4.- El comité de campaña paralelo “impuso” en los 20 principales municipios, planillas fácilmente derrotables (solo Izúcar, Teziutlán, Tepeaca y Texmelucan), se salvaron. En los restantes se nominaron a recursos humanos sin respeto en la comunidad; amigos de los amigos de delegados distritales secretariales; recomendados de secretarios de estado; sin bitácora de trabajos partidarios. La máxima vergüenza fue la derrota de Atlixco, donde el candidato de apellido Saldaña fue un magnífico producto electoral, pero los componentes de su planilla eran ajenos a la voluntad social (ahí duermo hace 35 años), y en cambio le echaron la culpa adobada con odio al munícipe.
5.- Deseable que los errores del pasado no se repitan. Hasta ahora no he visto estrategia alguna para obtener un millón seiscientos mil votos, que es la cuota poblana para que Peña Nieto pueda ocupar la más alta magistratura mexicana.
