Al inicio de este gobierno, varios medios y periodistas tuvimos claro que habría acoso y se buscaría atentar contra la libertad de expresión. Ello a partir de que en febrero se conoció la iniciativa de reforma para “despenalizar los delitos de prensa”, que aparentemente era en beneficio del gremio pero daba pauta a la intimidación de medios y periodistas.
De ahí el desplegado que se publicó y firmamos, no para evitar que se sancionara sino para que se definiera y clarificara “daño moral” y se estableciera un máximo económico como reparación del mismo.
Al final, el decreto estableció la despenalización de la difamación y la calumnia, se fijó un monto económico máximo y se dio un plazo de 180 días para que el Congreso del Estado adecuara las leyes secundarias.
Han pasado ocho meses y los diputados locales se han olvidado de “ese pequeño detalle”, de adecuar la legislación.
En tanto, como lo definió Alejandro Mondragón, inició “la asfixia” de los medios poblanos.
El objetivo no es concretar publicidad con el gobierno, al menos no es el caso de esta reportera, y tampoco de algunos otros medios que así lo han señalado, sino del respeto a la libertad de expresión y del acceso a la información.
Además que se transparente el manejo de esas asignaciones de publicidad a medios.
La mayoría de los medios poblanos han sido cercados para no poder contratar publicidad -que es legítimo- de diversas fuentes o tampoco se concretan entrevistas solicitadas.
El derecho a expresarse, a informar e informarse nadie lo puede quitar y menos en una democracia, supuestamente.
Tampoco puede decidirse de forma unilateral, arbitraria, quién vive y quién no.
No puede ni debe ser determinado bajo presión desde el poder.
En una democracia y en un libre mercado, por un lado está la libertad para pensar y decir, y por el otro la libertad de vender y comprar un producto.
En ambos, son los radioescuchas, los cibernautas, los lectores, que al mismo tiempo son los consumidores, quienes deben determinar a quién escuchan o leen; lo mismo los anunciantes ellos y nadie más deben decidir en dónde, cuándo y cuántas veces se anuncian.
No importa si es un solo cibernauta o un lector o si son cientos o miles, ellos son los que deben decidir.
Reitero mi apoyo a Alejandro Mondragón -que además me da cabida para publicar en este portal- y también rechazo la situación en contra de Rodolfo Ruiz, igual a otros medios que enfrentan acoso.
No estaría por demás que en estos momentos los sectores de la sociedad poblana -no sólo los medios de comunicación- recordáramos el escrito del pastor luterano alemán Martín Niemöller (1892-1984).
Cuando vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio,
porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté,
porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté,
porque yo no era judío.
Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.
CARTA ACLARATORIA 1
RESPUESTA DE LA REPORTERA
Sr. Ramírez Robles:
1.- Mi columna se publica en el portal Status (www.statuspuebla.com) y dirijo el portal Balance Financiero (www.balance-financiero.com), yo no colaboro en Al Portador.
2.- Da por sentado que todo es cierto.
LRI Socorro López Espinosa
CARTA ACLARATORIA 2
“BUENAS NOCHES LIC. SOCORRO:
LE ENVIO LA CARTA CORRECTA.
EN LA ANTERIOR LE PUSE “AL PORTADOR”, EN LUGAR DE “STATUS”.
GRACIAS.”
RESPUESTA DE LA REPORTERA
Sr. Ramírez Robles:
Gracias, da por sentado que todo es cierto.
LRI Socorro López Espinosa
