23-11-2024 10:30:02 PM

Madres y trabajadoras

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Seguramente una historia muy conocida y repetitiva que se ha presentado en la vida de las mujeres-madres y trabajadoras se da cuando surge un sentimiento de culpa al dejar a nuestros hijos al cuidado de terceras personas mientras trabajamos.

Y nuestra realidad es que por diversas razones,  cada día más mujeres se insertan al mercado laboral, de manera formal o informal; y por encima de lo que significaría la doble jornada tantas veces abordada; cuando somos madres y trabajadoras –combinación que implica el mayor esfuerzo y compromiso- lo que nos preocupa es, si esta pudiera ser perjudicial en el desarrollo de nuestros hijos.

Tal vez por ello en las últimas décadas investigadores han iniciado una serie de estudios para revisar los efectos de la vida laboral de las madres en el comportamiento de sus hijos.

Leía recientemente un amplio ensayo sobre el tema, publicado por El País, de la autoría de Aurora Muñoz que daba a conocer los resultados de algunos estudios realizados que vale la pena conocer.

Rachel Lucas Thompson de la Universidad de Macalester (Minessota, EEUU) sostiene del resultado de estudios realizados, que los hijos de madres trabajadoras obtuvieron mejores calificaciones y padecieron menos crisis de ansiedad que los niños de madres dedicadas al trabajo en sus hogares.

Anne McMunn (University College, Londres), ratifica estos resultados con un nuevo estudio que desmitifica los efectos nocivos que tiene el trabajo de los padres sobre los hijos. McMunn y sus colaboradores hicieron el seguimiento de 18.819 niños británicos (nacidos entre 2000 y 2002) hasta cumplir los cinco años. Descubrieron que el ambiente familiar más beneficioso para los menores es aquel en el que los progenitores viven en la misma casa y tienen un trabajo remunerado.

Y esto tiene que ver con “el tiempo de dedicación a los hijos puede ser escaso de calidad o extenso, pero sin prestarles atención”  y esto último es lo que puede generar  problemas psicológicos o funcionales.

La Encuesta del Uso del Tiempo que elaboró el Instituto Nacional de Estadística (INE), de 2006, distingue entre distintos tipos de tiempo dedicado a los niños: tiempo de cuidado primario básico (cuando la tarea principal es el cuidado de los hijos y se refiere a actividades fundamentales como darles de comer o bañarlos), tiempo primario de calidad (leer, jugar o ayudarles a hacer los deberes) y tiempo secundario (cuando la atención de los menores se compagina con otra labor como cocinar o fregar los platos). Según esto, las madres que trabajan fuera de casa priman el tiempo de calidad y lo compensan durante el fin de semana, de forma que ese tiempo difiere poco entre ellas y las que son “amas de casa”.

Tomando en cuenta lo anterior, los estudios han demostrado que “el promedio está en 11 minutos diarios por hijo menor de 17 años en el caso de las madres que trabajan fuera del hogar, solo un minuto por debajo del que les dedican las amas de casa sin ocupación externa”. Este resultado se asemeja al que obtuvo la socióloga Suzanne M. Bianchi en un estudio del año 2000 donde señalaba que, a pesar del crecimiento de las tasas de empleo de las madres en EU, el tiempo dedicado a los hijos se mantenía estable.

Además del uso de los tiempos; los estudios plantean la urgencia de una mayor implicación paterna que soluciona el conflicto que genera la  jornada laboral para las mujeres.

“Eso de que los hombres no están preparados biológicamente para criar a un niño es un cuento chino. Lo único que no podemos hacer es parir y amamantar” dice el Dr. Jesús Palacio de la Universidad de Sevilla, para defender la implicación de los padres en la crianza de los hijos.

Y recuerda que los niños pueden desarrollarse adecuadamente en circunstancias muy diversas “Los bebés necesitan mucha estabilidad durante los primeros seis meses. Lo más importante es que crezcan en una familia. No importa de qué tipo sea: una madre sola, un hogar en el que ninguno trabaja o una pareja en la que los dos estén empleados y se turnan en los cuidado. Solo necesitan personas estables para crear un vínculo de apego”.

De manera que a muchas mujeres trabajadoras y madres que nos ha acompañado por generaciones la culpabilidad, nos servirá conocer que las madres trabajadoras y las amas de casa dedican tiempos parecidos a los hijos;  que las trabajadoras privilegiamos el manejo de tiempos de calidad;  que no hay relación significativa entre el trabajo y el tiempo dedicado a los hijos; y,  fundamentalmente que las mujeres tenemos que aprender a delegar en los padres la crianza de los hijos.

Correo electrónico: rociog@prodigy.net.mx

twitter: @rgolmedo

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