Una nueva fuga de hidrocarburos ocurrió en San Martín Texmelucan a tan sólo seis meses de la explosión que cobró la vida de 29 personas, dejó 52 heridos y calcinó unas 80 viviendas, además de ocasionar la destrucción de dos puentes y la contaminación del río Atoyac; daños que aún no termina de reparar Petróleos Mexicanos (Pemex).
En esta ocasión no hubo pérdidas que lamentar, pero el pánico invadió a los texmeluquenses quienes exigen que la paraestatal les dé la cara. Aún tienen miedo pese a que el gobierno del estado asegura que ya se limpiaron las alcantarillas y que no hay riesgo de explosión.
“No queremos que nos manden a las autoridades de acá. Que vengan ellos. Los de Pemex que nos digan que pasa. A ellos no les importa que pase otra explosión, sus familias no viven acá”, dijo un poblador de la junta auxiliar San Baltazar Temaxcalac.
Fue en la primera hora de este miércoles cuando un fuerte olor a petróleo despertó a los vecinos de esta junta que colinda con el estado de Tlaxacala. Las alarmas sonaron y la pesadilla comenzó, señalaron habitantes de la unidad habitacional San Damián, parte de la llamada zona cero de la explosión del pasado 19 de diciembre.
“Todos corrían y gritaban. Va explotar otra vez el rio”, contó una vecina de esa unidad quien junto con su familia y muchas más peregrinaron por la calle principal llamada Camino Real en busca de autobuses que los sacaran del lugar.
Pensaron que lo mejor era irse aunque no había la orden de evacuar, ya que las autoridades municipales no se presentaron en el lugar. Por ello tuvieron que caminar por media hora, en tanto se les unían en la carretera a Puebla habitantes de las comunidades de Villa Alta, San Mateo Ayeca y San Rafael Tepetitla de Tlaxcala, en donde si se dio la orden de evacuación.
Ya en el camino se toparon con personal de Pemex y del Ejercito Mexicano, quienes drenaron y colocaron espuma limpiadora en alcantarillas y el rio Atoyac para evitar una explosión.
En tanto el personal del Sistema Estatal de Protección Civil (Seproci) les pidió regresar a sus hogares pues no había riesgo, pese a ello se habilitaron dos albergues.
El director de Seprici, Jesús Morales, reconoció que Pemex no ha entregado su atlas de riesgos donde especifique todos los puntos del estado donde hay ductos. En tanto el gobernador Rafael Moreno Valle, dijo que también se evaluarán los daños ecológicos al rio Atoyac y los cultivos que pudieron dañarse.
En tanto Pemex a través de un comunicado informó que está controlado el escurrimiento de crudo registrado en la estación de bombeo No. 7 de San Martín Texmelucan.
“El incidente se originó luego de realizarse trabajos en el tren de medición del oleoducto de 30 pulgadas Nuevo Teapa-Tula-Salamanca, y confinar el producto en una fosa de recuperación. El hidrocarburo se desbordó de dicha fosa por las lluvias que se presentaron en la zona.
La unidad contraincendio de Pemex aplicó un barrido con líquido espumante y agua en el drenaje, en tanto, de manera preventiva, se colocaron barreras en lugares estratégicos del río Atoyac a fin de contener las trazas del producto que pudieran presentarse y proceder a su recuperación. Cabe resaltar que el ducto no presentó fuga ni afectación.”
Suspenden clases
Cerca de dos mil alumnos pertenecientes a 20 escuelas de nivel preescolar hasta secundaria fueron regresados a sus hogares para prevenir intoxicaciones y situaciones de riesgo ante el fuerte olor que desprendió el derrame de combustible en San Baltazar Temaxcalac.
Los planteles escolares serán reabiertos este día tras la recomendación del Seproci, al asegurar que se redujo el riesgo de explosividad en la zona informó el secretario de Educación Pública, Luis Maldonado Venegas.
Tras descartar reportes de niños intoxicados por la inhalación del hidrocarburo, el funcionario estatal, señaló que desconoce cuántas escuelas están ubicadas sobre ductos de petróleos por lo que están a la espera de una atlas de riesgos para determinar la reubicación de planteles.
(Con información de Verónica López)