La respuesta inteligente del Gobierno del Estado de Puebla nunca llegó.
Quienes le manejan la política interna al Gobernador Rafael Moreno Valle Rosas están creando un caldo de cultivo de conflictos sociales que amenazan con llevar al Estado a la ingobernabilidad, en menos de cien días de gobierno. A pesar de la cortina de humo creada por los medios de comunicación, obligados a magnificar todos los pronunciamientos del Sr. Gobernador, en realidad todavía no se ve cómo el nuevo gobierno va a resolver el problema de la pobreza extrema y los diversos problemas que aquejan a la población. Hasta el momento es un gobierno de primeras piedras, firma de convenios, anuncios espectaculares, reparto de migajas, medidas autoritarias, etc., con el trauma del marinismo a cuestas, que no se ve para dónde va.
Prometió la transformación del campo mediante su tecnificación y entregó moto-tractores; anunció el apoyo con créditos a la palabra a las mujeres campesinas y entregó cheques por valor de mil pesos cada uno, según él, para convertirlas en “microempresarias” (¡sic!); anunció la revolución educativa en el Estado con un proyecto confuso puesto en manos de 800 maestros “ninis” que, de entrada, fueron descalificados por el Secretario de Educación Pública estatal; anunció la creación de una gran reserva territorial por el rumbo de Valsequillo para resolver los problemas de vivienda, y al otro día fue desmentido por el Presidente Municipal de Puebla, el cual consideró improcedente el proyecto, por los graves problemas de infraestructura que generaría; puso en marcha el metrobús informando que ya estaba licitado y al otro día fue desmentido porque no solo no hay licitación, sino tampoco hay proyecto.
Manifestó que se respetaría la voluntad popular y las elecciones en las Juntas Auxiliares fueron un desastre, permitiéndole a los presidentes municipales panistas que implementaran la compra de votos, la violación de los usos y costumbres en las comunidades, la represión con la fuerza pública estatal para amedrentar a los electores, el uso de programas públicos para coaccionar el voto, etc., negándose a intervenir ante los reclamos de los ciudadanos inconformes que piden se respete la democracia en la elección de sus autoridades.
¿Será posible que en todo el círculo del primer nivel no haya un solo funcionario honesto y valiente, que se atreva a decirle al mandatario estatal que el pueblo está harto de la demagogia de los gobernantes y de las burlas que hacen de sus demandas; que su prestigio se está desmoronando aceleradamente porque el pueblo se da cuenta que no se está respetando su voluntad expresada en las urnas?
Es una burla cruel hacerle creer a los campesinos que con moto-tractores se va a transformar el campo, declarar que las mujeres van a volverse microempresarias con ¡mil pesos! (¡pero ni para poner un puesto de chicles alcanza!), asegurar que maestros que se destacan por su inactividad magisterial van a ¡encabezar la revolución educativa!, etc. Pero lo que todavía es peor, creer ingenuamente que el pueblo es tonto y no se va a dar cuenta de que se están burlando de él.
Y como si lo anterior no fuera suficiente agravio para el pueblo, el Secretario de Gobierno Fernando Manzanilla Prieto continúa con las amenazas de que no va a tratar con las organizaciones, privilegiando el uso de la fuerza por sobre el diálogo y la negociación. Y sus amenazas no se quedan en simples declaraciones, y para prueba, allí están los desalojos violentos de los campesinos de la UNTA en Tehuacán, los trabajadores de mototaxis en Santa Isabel Cholula y los comerciantes de ganado del tianguis de Nealtican, que fueron desalojados a toletazos y con gas pimienta por las fuerzas del orden.
Y toda ésta represión en los últimos ocho días, contra humildes trabajadores, que defienden su derecho a ganarse el pan de cada día con el sudor de su frente. Pero éste es el “gobierno del cambio” en sus primeros 100 días de “trabajo”.
En éste clima de represión y demagogia, el Movimiento Antorchista de Puebla acudió a la Secretaría de Gobierno para solicitarle su intervención con el fin de que los presidentes municipales de Tlaola, Jopala y Tlapanalá repitieran las elecciones en las Juntas Auxiliares donde participó la organización y los ediles pretenden imponer a sus candidatos, violentando el proceso electoral; y que en Cerro Gordo, Municipio de Cuayuca de Andrade, y Francisco Sarabia, Municipio de Ocoyucan, se reconocieran a los candidatos antorchistas que ganaron limpiamente la elección y a los cuales los munícipes no les quieren entregar las constancias de mayoría.
Así mismo, solicitó el respeto del DIF para las personas de la tercera edad, madres solteras y colonos en pobreza extrema, que fueron eliminados de un padrón de beneficiarios que en la administración anterior recibían apoyo. Los funcionarios de la Secretaría de Gobierno designados para atender las peticiones acordaron con la dirección estatal del Movimiento Antorchista que, en el transcurso de la semana que termina, habría respuestas favorables a las demandas en razón a la justeza de las mismas.
Sin embargo, a la hora de concretizar la solución a cada una de ellas, las respuestas tuvieron por norma las evasivas más insultantes de los funcionarios: “vamos a citar a los presidentes municipales porque no quieren venir”, “estamos en espera de la liberación de los recursos de la federación”, “no cumplen con los requisitos”, “ahorita no hay dinero y nos es imposible solucionar sus requerimientos”, etc. Resultado final: la Secretaría de Gobierno no resolvió nada.
Ante la insensibilidad oficial y la falta de una respuesta inteligente del gobierno poblano a los problemas planteados, el Movimiento Antorchista de Puebla volverá a las calles para exigir solución a sus demandas. El próximo miércoles 11 de mayo a partir de las 10:00 horas, marcharán tres mil antorchistas desde el monumento al Gallito, recorriendo la arteria principal del Centro Histórico, hasta llegar a Casa Aguayo, para pedirle al Gobernador Rafael Moreno Valle Rosas que intervenga y resuelva. Nada más pero nada menos.
*Integrante del Comité Estatal del Movimiento Antorchista