A tres meses de dejar el cargo como la primera mujer que ocupa la titularidad de la Comisión de Derechos Humanos en Puebla, Marcia Maritza Bullen Navarro considera que estos tres años al frente del organismo, han sido todo un reto porque “a veces la objetividad resulta incomoda”.
La panameña, con nacionalidad mexicana y ciudadanía poblana, siente una gran admiración por México, país que le abrió las puertas y lamenta que la gente no valore la historia e identidad que guarda en cada rincón.
Para Status en la Grilla, Marcia Bullen hizo un recuento de cómo llego al país de la abundancia en busca de un sueño que después se convirtió en una pasión: ser defensora.
“Somos cuatro hermanos que estudiamos en México, este país nos ha dado mucho a la familia Bullen Navarro, aquí encontré mi vocación (Derecho), hice mi familia, amigos y una carrera. Siempre pensé en estudiar y regresarme (a Panamá) pero me enamore, tuve un noviazgo muy largo y ahora tengo 25 años de casada y una hija chilanguita, pero más poblana”, y soltó una peculiar risa tras definir que cuando habla de nacionalidad es donde se vive, donde se hace y de donde uno se siente, aunque por ello, después de 34 años, no ha perdido contacto con su familia.
“Cuando llegue a Puebla me impacto la catedral, me gusto mucho la formalidad de los poblanos, creo que eso hay que rescatarlo. En Puebla hay mucha historia, hay que caminar viendo su majestuosidad, aunque alguien me dijo un día: no te vayas a caer. También la capilla del Rosario, el Museo Bello es una cosa muy impresionante y también me gusta mucho el rescate que se hizo de la casa del Alfeñique, debe ser un orgullo; si tú no te envuelves en eso no te puedes sentir poblano”.
Sorprendida por la historia mexicana; adicta a la comida poblana, prefiere las tortillas de maíz que el pan; gozadora como latina de la salsa, pero también de Beethoven y Mozart. Partidaria de la filosofía de Ghandi y de Pancho Villa, “porque fue uno de los latinos que invadió a Estados Unidos, me gusta mucho a pesar de las críticas que ha recibido”. Ávida lectora. Entre autores refirió a Ana Franklin, quien en sus libros “te sensibiliza sin llegar a una obligación de que alguien te diga por aquí tienes que hacer las cosas, sino de sentir las cosas”, pero su autor de cabecera “aunque de moda” es Paulo Cohelo. En la charla, Bullen Navarro pone énfasis en el tema de la lectura, “creo que siempre un buen libro podrá ofrecer más que la caja tonta (televisión) pero si tu no conoces lo que esta atrás, tu no podrás transformar”.
“Un personaje a quien admiro es mi padre, un gran impulsor; tengo una madre de 94 años muy fuerte y ella hizo que desde muy pequeña mis cuatro hermanos y yo admiráramos a este gran país, mi madre solo llego a la primaria, pero leía mucho y admiraba la historia mexicana y ella nos platicaba quien era Benito Juárez y en ese entonces no había televisión”.
Su papel de funcionaria también lo comparte con el de esposa y madre, “he sido muy comprendida por mi esposo y mi hija, hay una integración familiar y también mi suegra es una vigilante de apoyo muy grande, los amigos todo ello facilita el trabajo”.
Pocos, pero hay espacios que se dedica a ella misma, cultivando plantas y rosas “me gusta mucho estar en mi pedacito de jardín, estar en contacto con la naturaleza eso es muy relajante”.
Mujer de contrastes
Marcia es una mujer de contraste, hay fortaleza y sensibilidad “por qué no decirlo, soy una mujer noble, justa. No me gusta la mentira, la falsedad y me gusta la sinceridad aunque duela. Me enoja cuando veo que se violan derechos que se afectan dignidades; cuando no se cumplen con las cosas prometidas”.
Dignidad, respeto y humildad son principios que encabezan su modo de vida “bajo el Derecho Azteca, la humildad para los aztecas no es sumisión es reconocimiento de valentía tú no tienes que decir lo que eres tu simplemente eres, no tenemos que traer marcas”.
Como la primera ombudsman en Puebla, Marcia considero que abrirse el camino para rescatar y hacer valer los derechos fue difícil y no imposible: “es cierto que a las mujeres nos cuesta un poco más, pero en estos tres años considero que se ha logrado un avance, el equipo de trabajo de la CDH es conjunto, permanente de lucha donde incluye los derechos de la mujer en todos sus ámbitos, si fue sorprendente la llegada de una mujer de otro país, pero creo que esos aspectos fueron superados ya ahora nadie discute si eres latina, además cuento con 18 años de trayectoria y eso avala mucho mi posición, y como mujer, persona, profesionista fue algo importante”.
Parece que nunca es suficiente; las jornadas intensas de trabajo, la efervescencia de cada día, las posturas modernas que deben ser escuchadas, las diferentes voces, ello a veces pinta escenarios difíciles, “pero tirar la toalla, no, a veces he gritado y llorado, pero cuando más dificultades he tenido he contado con el apoyo de mis compañeros de la comisión, sufrimos cuando decimos cosas que no son, y duele porque hay cosas que se dicen y no son ciertas, siempre que se requiere de la presencia de la CDH ahí estamos”.
En la agenda, enfatizo que es necesario atender temas “difíciles”, entre ellos, se mostro abierta al concepto del aborto “creo que es un tema que se dará cada vez más, habría que entender el concepto, los temas difíciles se deben abrir incluyendo el tema del aborto”, y aseguro que no se han dejado de escuchar las diversas voces de organizaciones civiles que buscan apoyo en situaciones de discriminación, también de quienes buscan asesoría cuando sienten que se trasgreden sus derechos y eso, dijo es parte de la pérdida de valores como la sensibilidad y el reconocimiento hacia otras personas, “el gran problemas es que la gente no reconoce que tiene derechos, se reclaman y se exige, pero falta mucho”.
“Necesitamos trabajar más en los derechos humanos, que no exista una sola persona que no sepa que son los derechos humanos, y cuando se viola un derecho humano se lesiona al mundo, los derechos humanos son inalienables, irreversibles, nadie los puede tocar (…) Los derechos humanos deben ser parte de la formación de una asignatura de escuela, es la única manera en que seremos parte de ellos”.
Y a cuatro de meses de partir de la CDH, le gustaría que quien ostentara el cargo sea “una persona de convicción, que esté involucrado en el ámbito de los derechos humanos, que crea en esto, que lo sienta que lo viva que lo proyecte y que trabaje por este reconocimiento y la tutela de los derechos fundamentales”, y por qué no, que también quede en una mujer.
“Nosotras como mujeres debemos empoderarnos, no dejar que nos empoderen, pero siempre con respeto, que reconozcan tus derechos y los de los demás”.
La academia, afirmo, será su siguiente paraje, aunque no por ello descarto ocupar un cargo público, “si llega la oportunidad”, pero también “en política me interesa hacer política de la buena, de valores de honestidad, de integración”.
