22-11-2024 08:21:48 PM

Un gallego en Tokio

Se pone los anteojos, desnudas.

Se quita los anteojos, vestidas.

Ay, Jesús, qué maravilla!… dice el gallego, sin salir de su asombro.

Después de varios días finalmente Manolo regresó a Galicia, loco por mostrarle a su mujer la novedad que había comprado.

En el aeropuerto de Tokio y después en el avión, se siente enloquecido al ver a las azafatas y a las pasajeras, totalmente desnudas.

Cuando llega a casa, inmediatamente se coloca los anteojos para ver desde que entre a su casa, desnuda a la Pilarica, su mujer.

Abre la puerta y ve a la Pilarica… pero también ve al Venancio (su compadre), totalmente desnudos sobre el sofá.

Se quita los anteojos, desnudos

Se pone los anteojos, desnudos.

Se los quita…desnudos.

Se los pone…desnudos.

Se los quita…desnudos.

Se los pone…desnudos.

Entonces exclama:

¡¡¡Joder!!!  ¡Ya se descompuso esta Madre!

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