17-05-2024 02:10:39 AM

MMT: La corrupción rampante

Al inicio de su gobierno, el caso de la señora escritora Lidia Cacho, acaparó los titulares de la prensa del D.F. (Roma) y de  la local.

Ésta, la señora, fue traída desde cientos de kilómetros sin que el  agraviado pusiera:

1.- Un solo litro de gasolina.

2.-Pagara una caseta de peaje.

3.- Regalara un almuerzo o una comida.

4.- Mucho menos apoyara a los judiciales  con vehículos, o celulares.

Mayor asombro causó entre los honestísimos abogados que la denuncia se convirtiese, en escasos días, en una orden judicial, toda vez que ese trámite se realizaba – se sigue realizando – bajo dádivas a diversos empleados de la procuraduría estatal, tardando meses para liberar u obsequiar, que así también se dice una orden contra un presunto criminal.

La escritora no solo sufrió el proceso criminal, sino que su caso fue manejado verbalmente y exhibido auditivamente ante todo el país por la mass-media del D.F, que, preferencialmente, es la televisión.

MMT tuvo que enfrentar dos ataques:

Uno, consistente en la ilegalidad de la aprehensión de escándalo.

Otro, nacido de sus dichos vía telefónica sostenida con el presunto agraviado, grabada ilegalmente, pero válida por la libertad de expresión.

Vale Vale, mejor conocido como Valentín Meneses Rojas, conocedor por sus lecturas de nuevos mecanismos de neutralización de información negativa, intentó afrontar los dos frentes de ataque contra el ejecutivo estatal:

F.1.- Procurando sacar copias del proceso criminal contra la señora Cacho, para que las escuelas  o Facultades de Derecho opinaran ¿Existía o no el delito?

F.2.- Lanzar una “disculpa social” por la mass-media a todo el que la admitiera, comprometiéndose en todo momento a la aplicación estricta del Estado de Derecho, que simplemente es la aplicación de la ley en forma universal sin distingos ni fueros.

No se hizo ni lo uno ni lo otro, pues alguien manejó a los que decidieron que Mario fuese al tribunal más alto de la República que es la TV.

Jamás la aldeanidad comunicadora había leído a Dick Morris el contemporáneo ni mucho menos ¿saben? del proceso deconstructivo del lenguaje.

Fue así como se empezó a manejar la “imagen oficial marinista” nacida de la mente inteligente pero perversa, ¿maligna?, de sus enemigos, que no opositores.

La internet fue el vehículo – medio – mensaje para acusarlo de todo:  pederasta, represor, vaya, hasta fascista – palabra en desuso – fue nombrado en ella sin que hubiese una respuesta enérgica, mejorada, frontal, de sus comunicadores; para esos días, poco podía hacer Valentín Meneses, toda vez que los expertos de las galias poblanas estaban asesorándose de los expertos romanos asentados en el D.F.

Una vez dibujada en la mente social la figura depredadora del gobernador, la empezaron -sus enemigos, que no opositores– a llenarla de adornos contundentes aceptables por una sociedad desinformada.

Primero, asumieron los críticos la inutilidad del nuevo Centro Expositor así como del ente conocido popularmente como “La Célula”.

A las dos obras públicas, cualquier periodista satanizaba como elefantes blancos pletóricos de inutilidad, con el agregado de costos excesivos o súper inflados.

Los responsables secretariales, jamás de los jamases dieron la cara.

Explicaron o se defendieron; dejando en la mente social de la poblanidad la idea de una complicidad explicada por la burocracia de todo el mundo: Si alguien abajo toma una dádiva, pasa parte de ella hacia arriba de la cadena de mando.

Javier Ramírez debió invocar los peritajes de los centros superiores de educación ingenieril o arquitectónica de Puebla o del D.F., y pagarlos como es obligado cargándolos al costo total de la obra.

Gerardo Pérez (deseoso de algún cargo electoral) tenía que haber acudido a las escuelas de relaciones, comercio, derecho o negocios internacionales, con sus ¿expertos técnicos? a explicarles  a jóvenes estudiosos del tercer o cuarto mundo, como funcionan ese sistema de entrada – armado – ensamblado – de materias primas de un océano, saliendo mercaderías hacia el otro vaso acuático del planeta, de un punto geográfico adecuado.

El mismo Gerardo Pérez Salazar, debió  haberse asesorado viajando a otros mundos desarrollados, (acompañado de académicos y empresarios, con cargo a gastos públicos),  del ¿cómo funcionan? Las herramientas más novedosas del “imperialismo” que es “la fase superior del capitalismo”, llamados en el común Células.

Reprimidos por orden superior o timoratos, perdieron la oportunidad de su vida de ser concebidos como desarrolladores sociales, dejándole a MMT dos medallas mas de corrupción adornando su imagen creada por el cachismo.

El desarrollo derramó el vaso de la credulidad local ante el mejoramiento brutalmente capitalista del área denominada Angelópolis.

Un día se inflaban los costos por la prensa, y otros aún más. Nunca hubo opiniones de expertos técnicos o académicos, mucho menos explicaciones serias del manejo de la bitácora de los ingenieros residentes, la comunicación oficial fue inexistente pero seguramente costosa.

Es digna – si hubiese escuelas serias de comunicación y creación de imagen – de ser diagnosticada, analizada, predicha en su concepción estratégica, sus rutas críticas y sus cronogramas.

En otro orden de ideas es saludable la exhibición de todos los errores gubernamentales.  Preferible ello a la sumisión del chisme de baño de vapor, cafés o clubes, pero necesario asimilar la idea – si usted así lo ve – que las denuncias se hagan ante autoridad competente: La procuraduría del estado o la federal, (según la provenencia de los recursos distraídos o malversados), deberá acompañarse de peritajes, avalúos, estudios financieros  y de ser posible que el poblano nuevo dé la cara, firmando con su nombre previa identificación.

Deseable que la abstención secretarial enunciada no se repita jamás, pues ello degrada a los gobiernos, además de verse como traición al gobernador y que la cuenta pública fue aprobada por griegos y troyanos, esos son Razones Superiores de Estado.

cesarmusalem@puebla.com

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