Para el Banco de México, el destino económico de México permanece ligado al de los Estados Unidos. Hay riesgos a la recuperación en economías desarrolladas luego de quitar los estímulos fiscales. La política monetaria de las economías avanzadas se ha dedicado a crear valores de papel y las economías en desarrollo a subir el precio de las materias primas. Entre los riesgos inmediatos está una apreciación ficticia de las monedas locales de economías emergentes, y la posibilidad de una desbandada de capitales.
Los fundamentos que cuentan están de lado de la economía real, mientras los países avanzados ponen orden a la economía financiera y enfrentan problemas de ajuste fiscal que pueden llevar al menos un lustro en sus objetivos. El problema en todo el proceso es la credibilidad, en la política monetaria, en los efectos de la política fiscal y en el sistema de precios que contenga la especulación global.
En el Seminario de Perspectivas económicas para 2011, ante el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) el Gobernador del Banco de México, Agustín Carstens expresó que las perspectivas para la economía mundial en 2011 han mejorado recientemente, dado que en los Estados Unidos diversos indicadores han mostrado recuperación.
El sector manufacturero en Estados Unidos experimenta un repunte, las ventas al menudeo se fortalecieron, el empleo mejoró. Posiblemente lo anterior sea reflejo de los estímulos fiscal y monetario. Esto ha llevado a que los pronósticos de crecimiento en Estados Unidos aumenten para 2010 y 2011.
Por su parte las economías emergentes continúan creciendo a un ritmo mayor que las economías avanzadas, lo que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha calificado como un desempeño a dos velocidades en la economía global.
No obstante hay razones estructurales que apuntan a un crecimiento mundial más moderado en el mediano plazo, como la debilidad de la demanda interna en las principales economías avanzadas. En Estados Unidos los hogares continúan disminuyendo sus niveles de endeudamiento, persiste un elevado desempleo. Además existe la necesidad de un fuerte ajuste fiscal en la periferia europea. La situación del sistema financiero permanece vulnerable.
Quedan las siguientes interrogantes: ¿qué tan efectivos han sido los estímulos fiscal y monetario en las principales economías avanzadas? En algún momento los efectos de dichos estímulos desaparecerán ¿qué pasará cuando ello suceda?
La inflación a nivel mundial continúa siendo baja. En las principales economías avanzadas la inflación al consumidor ha permanecido en niveles reducidos. En contraste, en algunas economías emergentes se han registrado aumentos de precios, en los precios internacionales de las materias primas; lo que obedece al cambio en los precios relativos y el estímulo monetario en Estados Unidos y en general en los países avanzados.
El aumento que en los últimos meses registraron los flujos de capital a las economías emergentes se explica por una mejoría en los fundamentos de las economías receptoras. Durante noviembre 2010, este proceso se vio interrumpido por los problemas fiscales de la zona euro y el correspondiente aumento de la aversión al riesgo.
Parte de los flujos de capital a las economías emergentes obedece al fortalecimiento de sus fundamentos económicos, como la mejoría en los términos de intercambio y mejores perspectivas para el crecimiento con respecto a las economías avanzadas. Por otro lado, dichos flujos también están respondiendo a la expansión monetaria en Estados Unidos y otros países industrializados.
Sin embargo, la magnitud y velocidad de los flujos de capital hacia las economías emergentes ha generado cierta preocupación. Podrían generar una apreciación no de equilibrio de sus monedas; la formación de burbujas en los precios de los activos, pero sobre todo, el riesgo de una reversión abrupta en los flujos de capital.
Por eso es importante, dice Carstens, continuar el blindaje de la economía ante un posible entorno de astringencia en los mercados financieros internacionales mediante la acumulación de activos internacionales y otros vehículos como la línea de crédito flexible del FMI.
Muy en su papel, el Gobernador del Banco de México expresó que en 2010, la inflación mostró un comportamiento mejor a lo esperado, que durante la mayor parte del año, la inflación se ubicó por debajo del pronóstico original. Este comportamiento fue reflejo de: apreciación en la paridad, brecha del producto negativa, intensificación de la competencia entre algunas cadenas comerciales, revisiones salariales moderadas y bajo nivel de la inflación mundial.
Que la postura monetaria del Banco de México no fue obstáculo para que se diera una disminución generalizada de las tasas de interés en la economía. Para 2011 se anticipa que la inflación sea convergente al objetivo de mediano plazo del banco central de tres por ciento.
Indica además que el panorama para la economía mexicana en 2011 ha mejorado, ligado al destino de la economía norteamericana y la recuperación del mercado doméstico. Se espera que la inflación muestre una trayectoria a la baja.