Al ser uno de los recursos naturales fundamentales para la vida, pero a la vez uno de los más contaminados por el hombre, el agua necesita el desarrollo de nuevas tecnologías para remover sustancias ajenas a ella, que permitan su purificación y reutilización.
Ante este escenario, la doctora María Lioba Osnelda Villegas Rosas, Profesora Investigadora del Instituto de Ciencias de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (ICUAP), lleva a cabo el proyecto denominado Remoción de aceites de aguas contaminadas, “con el propósito de abordar una problemática muy seria que existe en el estado y otros lugares, sobre la contaminación de agua con aceites y grasas”.
El objetivo del estudio es separar estos compuestos orgánicos del líquido vital, ya que impiden el intercambio de oxígeno y en algunas ocasiones el paso de la luz, imposibilitando la fotosíntesis, lo que causa serios problemas a los ecosistemas.
De esta forma, se puede brindar una alternativa a las industrias que utilizan aceites para tratar sus aguas y ajustarse a los parámetros establecidos por las normas de descarga de aguas residuales, evitando así daños al medio ambiente y a la salud.
La académica indicó que este proyecto se originó hace dos años a iniciativa de la Maestra en Ciencias María Astorga Cantú, actualmente docente jubilada de la Facultad de Ciencias Químicas, y ahora bajo la responsabilidad de la doctora Villegas, la investigación continúa con el apoyo de la Vicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado, a través del Sub-Programa de Apoyo al Desarrollo de la Investigación.
¿Cómo limpiar el agua?
Friedrich de la Rosa Díaz, alumno de la Facultad de Ciencias Químicas, quien participa en el proyecto, informó que el estudio se basa en la electrorreología, para ello se forma un sistema compuesto por partículas minúsculas de un metal (limaduras de hierro) que al someterlas a un campo magnético y hacer pasar el aceite, permite que las moléculas de éste se aglutinen y sean retenidas para ser removidas.
En el Laboratorio de Bioinorgánica Aplicada del ICUAP, donde se lleva a cabo la investigación, se experimentó con una muestra de agua de 500 mililitros, la cual se contaminó artificialmente con aceite Quaker State de viscosidad 50, que es una de las más altas del mercado.
Mencionó que el lubricante se colocó al 5, 10, 15 y 20 por ciento, creando su dispersión mediante agitación lenta, haciéndolo pasar al mismo tiempo por una columna de vidrio (conteniendo la limadura de hierro), donde a lo largo de ésta se colocaron dos imanes para originar el efecto electrorreológico.
“Al transitar el agua contaminada con aceite por la columna, los líquidos entraron en contacto con el metal y cambiaron su densidad, permitiendo que se extrajeran éstos y se obtuviera agua limpia”.
Para permitir el paso de la dispersión de agua-aceite a través de la columna, se utilizó una bomba peristáltica a una velocidad de flujo controlada.
Posteriormente se desmontó la columna y extrajo la limadura donde quedó imantado el aceite, para después separarlo por medio de un proceso de calentamiento.
Al final, al agua obtenida se le realizaron pruebas de Demanda Química de Oxígeno (DQO), parámetro que permitió demostrar que el aceite fue removido en un porcentaje mayor al 95 por ciento, destacó de la Rosa Díaz.
Continúa la investigación
La doctora Villegas Rosas dijo que la investigación continúa ya que se necesita especificar la relación que hay entre la cantidad de aceite a remover en determinado volumen de agua y lo que se requiere de limadura de hierro para hacerlo.
“La siguiente parte del proyecto es llegar a una escala de dos litros como máximo, utilizando por una parte en el agua aceite para cocinar limpio y por otra usado, con el fin de determinar en qué porcentaje se recupera”.
En caso de no remover las partículas de óleo al 100 por ciento, la técnica en estudio se combinaría con otro método para quitarlo en su totalidad, pero la intención es que con una sola se logre su remoción.
Parte de la investigación es realizar pruebas para separar totalmente la limadura y el aceite, recuperando estos dos componentes, con la finalidad de reutilizarlos; en caso de que el aceite fuese modificado, darle el tratamiento correspondiente.
La especialista explicó que otra parte del proyecto, es emplear un electroimán que genere un campo electromagnético a lo largo de toda la columna, es decir, “pasar del campo magnético al electromagnético y verificar si se remueve una mayor cantidad de aceite, con la misma cantidad de limadura de hierro”.
Posteriores estudios indicarán que uso se le podrá dar al agua tratada y utilizarla para el lavado de autopartes, automóviles o bien para riego de jardines, dependiendo de la calidad que tenga.
Impacto a futuro
La doctora Osnelda Villegas reiteró que el impacto social del proyecto sería beneficioso en un futuro, no sólo en el aspecto ecológico al evitar que se propague la presencia de aceites en el agua, sino también porque se estaría recuperando la mayor cantidad del vital liquido y se requeriría menos en la red de suministro y habría una ahorro en beneficio de los mantos freáticos.
Por su parte, Friedrich de la Rosa Díaz afirmó que todas las personas tienen una gran responsabilidad en el cuidado de los recursos naturales en beneficio de las futuras generaciones y reconoció que como estudiantes los conocimientos que reciben en las aulas serán importantes para mejorar el medio ambiente.