Diseñar fármacos de acciones múltiples, cuyas características permitan combatir enfermedades como el cáncer o el VIH, es el trabajo que desarrolla Gabriel del Río Guerra, Investigador del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM quien participó en el taller “Problemas de salud en México”.
Durante la conferencia “Biología de Sistemas en el diseño de fármacos”, el científico presentó, ante académicos e investigadores de la red temática de tecnologías de información y comunicación, los resultados de una tecnología que está desarrollando para el diseño de fármacos, cuyas propiedades son ser selectivos en su selección.
“Vamos a decir que son como terroristas, porque tienen un blanco y sobre ese blanco van a actuar, comencé a trabajar en esa idea hace ya varios años, y tenemos resultados en animales que reflejan que lo fármacos sí son selectivos, pero tienen cierta toxicidad”, explicó.
El doctor Río Guerra abundó que sus estudios sobre poli-farmacología, tienen la finalidad de encontrar estrategias para desarrollar fármacos con acciones múltiples, capaces de destruir selectivamente la causa de una enfermedad, y con ello generar otros beneficios como limitar el desarrollo de resistencia bacteriana, además de reducir costos en materia de salud.
“En el laboratorio se desarrolla biología experimental, así como biología teórica y de simulación. Nuestros trabajos han implicado el desarrollo de modelos, de simulación en computadora y de validación experimental, a la fecha hemos tenido resultados que funcionan pero, para su aplicación en humanos, aún se requiere de mayores recursos y tiempo”.
De acuerdo con el investigador de la UNAM, a principios del siglo pasado, en 1905, se propuso la idea de que los fármacos deberían ser considerados como balas mágicas, que atraviesan el cuerpo sin hacer daño hasta llegar al blanco, idea que provocó el interés entre investigadores de trabajar en el diseño de éstos.
Por ello, durante un siglo, los científicos se han avocado a encontrar este tipo de fármacos; muchos de los que hoy existen han sido resultado de tales estudios y conforme se ha ido aprendiendo cómo actúan, se ha detectado que la mayoría de ellos son efectivos al no reconocer a un solo blanco, sino a varios. “Por ejemplo, la aspirina es uno de los casos más famosos que no reconoce una sola enfermedad”.
Al referirse a los avances registrados en el área de diseño de fármacos, explicó que la nueva tendencia es reconocer que para tener un fármaco eficiente se debe dirigir sobre múltiples blancos.
Por último reflexionó que en esta nueva etapa de la humanidad, la esperanza de vida es mayor y el tipo de enfermedades diferente, pues si bien antes se atendían infecciones, hoy se enfrentan padecimientos como el cáncer o el VIH, que no se curan con un fármaco que reconoce una sola molécula, de ahí la importancia del diseño de poli fármacos.