22-11-2024 08:16:57 PM

Sobre las facturas electrónicas

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Al fin nuestro país decidió dar el paso de lo que se aprobó desde 2004 y entramos a la era digital en el ámbito de la facturación.  En la búsqueda de eliminar la evasión, la falsificación de comprobantes, las dobles contabilidades y para hacer cumplir con el pago de impuestos, se moderniza un sistema que ahorrará tiempo y papel, además de que filtra en segundos quiénes deben y cuánto.

Todo cambio es difícil y se escuchan quejas por todas partes, pero como ciudadanos, siempre exigimos mejoras en sistemas y eliminación de corruptelas, por lo que debemos colaborar con estas implementaciones que las impiden.

ecos19Son más de 30 millones de contribuyentes los inscritos en el Sistema de Administración Tributaria (SAT), y sólo 50 mil habían migrado al sistema electrónico antes del 2011, que fuera obligatorio para todos los que tienen ingresos superiores a 4 millones de pesos al año, llámese Wall-Mart, Coca Cola o personas físicas de buena posición, pero que sin duda no son el grueso de la población.

Hasta ahora, la factura electrónica puede ser enviada, archivada y transmitida por medios electrónicos, pero también es posible imprimirla bajo las especificaciones del SAT, en caso de que así se requiera.

Igual que en el proceso tradicional, la ley obliga a todos los contribuyentes a conservar las facturas electrónicas por un periodo mínimo de cinco años en el formato original (XML).

En resumen, son más los beneficios que las molestias del cambio; la facturación electrónica:

Reduce tiempos y procesos administrativos, brinda rapidez y seguridad en el intercambio de información y agiliza la recepción de mercancía, lo cual se traduce en ahorros y en un importante incremento de la productividad.

Logra ahorros mayores a 50% de los costos en el proceso de facturación (en gastos de papelería, bodegas de almacenaje y envíos).

Aunque implica un cambio de cultura y una reingeniería de los procesos, las obligaciones fiscales se simplifican. Facilita los procesos de auditoría, ya que permite la búsqueda y localización rápida y en un mismo lugar.

Facilita procesos administrativos, recepción y envío oportunos, así como la posibilidad de explorar la información. No hay riesgo de que se infecte con virus informáticos.

Asegura confidencialidad en el manejo, resguardo y envío de facturas. Disminuye la posibilidad de falsificación: a una persona le llevaría 10 años descifrar el código de una llave privada asociada a un certificado de sello digital (elementos que sirven para generar el sello digital de cada factura), en comparación con los 30 minutos que le tomaría a un falsificador copiar una firma en papel.

El receptor también se beneficia al tener la oportunidad de acceder a la oferta de servicios para recibir y validar de forma automática si la factura está vigente y no ha sido alterada.

Fuente: SAT

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