Mediando noviembre del 2009, en la cabecera municipal de Huitziltepec se dejó escuchar por el altavoz que el presidente municipal y el párroco estaban convocando a todo el pueblo a una asamblea en el zócalo. Durante varios días estuvieron repitiendo el llamado.
El día 28 se presentaron apenas unas 50 personas (en una comunidad de unos 2 500 habitantes). En ésta decidieron (presidente y cura) imponer una cuota para la restauración del templo católico: hombres mil pesos, mujeres quinientos. Organizaron grupos que pasarían a cobrar casa por casa.
Hubo inconformidad con la cuota impuesta; mucha gente dio su cuota, pero también muchos se negaron a cooperar. Durante un año anduvieron cobrando, pero finalmente se dieron cuenta de que ya no iban a juntar más dinero; por lo que decidieron cambiar de estrategia.
El pasado jueves 4 de noviembre (2010), como al medio día, el cura acudió a la oficina del presiente municipal: se encerraron por más de una hora. A partir de ese día el Grupo Litúrgico (una de las diferentes asociaciones católicas) se ha dado a la noble tarea de recaudar fondos para la reparación del templo.
El viernes 19 organizaron un baile frente a la presidencia municipal, al que llamaron Disco Arcángel. Al autobús oficial de la presidencia municipal lo usaron para cerrar el acceso al estacionamiento de la presidencia (y así poder cobrar la entrada), y para vender cerveza y tortas. El sábado 27 el mismo grupo católico organizó una presentación de películas, con un costo de entre 10 y 20 pesos por persona; nada más ni nada menos que en el salón de cabildos de la presidencia municipal.
El pasado viernes 26, para conmemorar el primer aniversario de la llegada del nuevo párroco los feligreses le organizaron una fiesta. En ésta el cura y el presidente municipal, en un bonito dúo, se entonaron, acompañados de un mariachi, la canción de pero sigo siendo el Rey.
Antecedentes:
En mayo del 2009 los líderes panistas de la cabecera municipal organizaron una manifestación a la curia arzobispal en la ciudad de Puebla (varios medios de comunicación dieron cuenta de este hecho). El grupo era encabezado por Fernando García Santos, quien fue presidente municipal en el período 2005-2008 y nuevamente candidato del PAN en las elecciones del 2010 a la presidencia municipal.
Se llevaron el autobús oficial de la presidencia municipal y la camioneta del DIF. Su exigencia era la expulsión del párroco Gilberto Nájera, a quien acusaban de haber dado protección al cura pederasta Nicolás Aguilar (quien estuvo refugiado en la parroquia); no mencionaron que durante la estancia del cura acusado de abusar sexualmente de decenas de niños en México y en Estados Unidos, el entonces presidente municipal, Fernando G. S., había tenido conocimiento de la situación, y no hizo nada por denunciar al cura violador (de hecho en una fiesta hasta se sentó tranquilamente a departir con él en la mesa de honor).
Una vez en el arzobispado, la mitad del grupo cerró la calle 16 de septiembre, la otra mitad entró al patio del recinto con cartulinas en mano, en las que amenazaban con cerrar la parroquia si no cumplían sus exigencias.
Hablaban en nombre de todo el pueblo de santa Clara Huitziltepec, a pesar de que en dicha comunidad la gran mayoría de la población ni siquiera estaba enterada de la manifestación, pues los líderes panistas nunca hicieron públicas sus intenciones, sino que la noche anterior anduvieron invitando casa por casa exclusivamente a sus seguidores.
En octubre (2009) llegó el nuevo párroco: El gobierno municipal en pleno (presidente, regidores, secretarias,) le dio una calurosa bienvenida (en día laboral y en horas de trabajo).
El 4 de julio (2010) el párroco, al finalizar la misa dominical, llamó a los fieles católicos a votar por el candidato del PAN a la presidencia municipal.
En agosto (2010) el candidato ganador de las elecciones municipal, el del PRI, acudió a las platicas para los padrinos de los niños que iban a hacer su primera comunión; el cura, frente a los demás padrinos, le aseguró que todo poder viene de Dios; ergo, es su deber es obedecer las leyes divinas antes que las terrenales.
