Con una ignorancia supina, rayana en la indiferencia a la información, muchos compañeros del Partido Tricolor, asientan a cada instante ante supuestos intelectuales derechistas e izquierdistas, la necesidad de transformar al Sistema aduciendo diversas causas.
Una de ellas, es la no adaptación a los tiempos que corren. Otra, este cambio, democratizaría a la sociedad.
De entrada la transformación no la hará jamás (salvo una sangrienta revolución) un partido político electoral, un grupúsculo o uno solo de los factores de la producción.
El sistema cambiará cuando cambien los elementos del mismo. Un gobierno no es nada más que una institución que ejerce la gobernación por medio de la gobernanza y jurídicamente están precisadas las funciones de las tres gobernaciones. Pero esto solo se refiere a la enumeración de los actos administrativos que por norma deben ejecutar. Pero aquí no termina la gobernación si no que va más allá de lo transcrito hasta llegar a ser un cuerpo meta-institucional que se encarga de multirelacionarse con los otros poderes del sistema y aún más: actuar como árbitro y amigable componedor de parte de los ejecutivos: federal, estatales y municipales. En todos y cada uno de los ejercicios de los derechos constitucionales que los mexicanos ejercen diariamente: marchas, uso de la mass-media, asedio a edificios gubernamentales y lo más socorrido en un país federalista que actúa centralizadamente: el cierre de calles y avenidas en México, D.F. capital de la república.
Sin dejar de lado la administración gerencial que obliga a los secretarios de gobernación a lidiar con las cúpulas del capital transnacional, nacional, y local; así mismo concertar con los jerarcas de las iglesias existentes, al igual con las cúpulas partidarias y las organizaciones de todo tipo sin abandonar el gran tema de la Seguridad Nacional atendiendo lo mismo a guerrilleros que a fuerzas externas, tendientes a disminuir el poder fáctico del gobierno nacional.
En nuestra organización nacional mexicana tenemos que tomar en cuenta la existencia de otros poderes diferentes al administrativo-gubernamental. Estos existen en todas las sociedades capitalistas sean atrasadas como la nuestra o post-industrializadas. Veamos algunas responsabilidades de ellos.
P.1.- Los representantes de las cúpulas político- partidarias tienen algunas obligaciones fácilmente localizadas:
C.P.1.- Conservarse dentro de sus propios partidos como ejes conductores, sin determinar los equilibrios existentes dentro de la misma institución a la cual dirigen.
C.P.2.- Usar a las estructuras administrativas y bases partidarias para ganar los procesos electorales en los cuales participan.
C.P.3.- Una vez logrado el poder administrativo realizar un buen ejercicio gubernamental para reproducir el modelo mediante la ratificación electoral en procesos subsecuentes.
Los líderes religiosos por su naturaleza deben prestar a su comunidad actividades nacidas de sus objetivos iniciáticos:
L.R.1.- Mantenerlas unidas en todo momento.
L.R.2.- Disciplinarlas hacia sus cuerpos interiores de organización.
L.R.3.- Procurar su crecimiento, desarrollo y penetración de sus ideas hacia la sociedad total donde pertenecen sin fundamentalismo alguno.
P.2.- El ejercicio de la actividad capitalista conlleva a que sus más altos representantes busquen permanentemente desde la época del Imperio Romano:
A.C.1.- Reproducir el capital con la mayor comodidad posible, dentro del menor espacio cronológico y con los más altos rendimientos.
A.C.2.- Evitar la intromisión, y llegado el caso hasta la presencia de cualquier gobierno de cualquier tipo que inhiba, regule o norme sus objetivos reproductores.
P.3.- La definición de lumpen proletariat se aplica exclusivamente al vendedor de fuerza de trabajo que genera plusvalía. Bajo esta tesis la existencia del poder obrero no está sujeta a discusión y prueba de ello es la dignidad con la cual son tratados por el apparat del gobierno federal, los gobernadores y los altos funcionarios en toda nuestra Patria.
El ser de la existencia de sus líderes (que no representantes) se concreta:
P.O.1.- Lograr el máximo de conquistas contractuales.
P.O.2.- Contribuir al desarrollo productivo en todas las áreas económicas donde existan trabajadores – vendedores de fuerza de trabajo.
P.O.3.- Desarrollar los valores personales, familiares, grupales y de clase de los obreros mexicanos.
P.4.- Las luchas más importantes de México desde sus orígenes ha sido la lucha por la propiedad y posesión de la tierra. Primero contra la iglesia judeo occidental cristiana católica apostólica y romana. Después contra los grandes terratenientes. De ahí que el poder agrario aunque desfallecido por las malas políticas de producción agrícola, agropecuaria, agroindustrial y de acuacultura de aguas oceánicas y de aguas interiores siga precariamente siendo capaz de movilizar a millones de campesinos ahora desprotegidos por la inversión federal e indefensos ante la producción internacional donde se subsidia a la producción de alimentos. Encontramos entre sus objetivos actuales:
1.- Evitar la desmovilización de las organizaciones existentes.
2.- Asediar con la masa organizada a las dependencias federales del caso para lograr inversiones para el campo.
3.- Procurar que la autoridad proteja a todas las modalidades de propiedad existentes en México: privada, ejidal, comunal, pública y social.
Los medios de comunicación masiva han invadido todos y cada uno de los hogares mexicanos. No hay ningún habitante que no se encuentre cercado o penetrado por la T.V., la radio, la prensa escrita, el internet, o los rumores generados aviesamente por algún cuerpo mediático irresponsable o muy responsable en la defensa de sus intereses gremiales.
En estos momentos la mass-media induce al protagonismo político, jurídico, religioso, económico o cultural. La penetración del discurso mediático estadounidense ya llegó y parece que para quedarse por siempre.
Los tribunales están acotados por conductores que juzgan y sentencian a discreción los actos ciudadanos y gubernamentales.
Erosionan la vida de cualquier ser humano al que citen alevosamente y entronizan ideas y sujetos que de no ser por ellos estarían en los últimos estamentos sociales por su falta de preparación profesional, por su carencia de valores, o por sus actitudes primitivas, autárquicas o anacrónicas.
En estos días (noviembre del 2010) el poder legislativo – cámara federal de representantes y senadores de la república – parecen estar decididos a poner coto a las conductas enunciadas anteriormente, pero por lo pronto ante la ausencia de una legislación para cuerpos mediáticos de primer mundo, se despachan con la cuchara grande mediante las siguientes acciones:
1.- Usufructúan casi monopólicamente cine, radio, y T.V.
2.- Un dúo polio es propietario de la verdad mediática y se organiza para impedir la llegada de nuevos miembros al club.
3.- Sus ganancias son obtenidas considerablemente de los procesos electorales en todas las elecciones -en Puebla un debate entre candidatos a la gubernatura costará sesenta mil dólares.
A los poderes enunciados agreguémosle las actitudes de los grupos de presión, las posturas conservadoras o progresistas de diversas organizaciones no gubernamentales, las opiniones del capital internacional y nacional, la escasa opinión pública, el gran ascendiente de prestigiados académicos, pensadores y publicistas, y la normatividad nacida de un Estado de Derecho y con esta mezcla en suspensión tendremos al sistema nacional de organización mexicana.