Estoy plenamente convencido que la campaña mediática, emprendida durante los últimos días, en contra del Movimiento Antorchista donde se nos acusa de ?invasores? y ?ahuyentadores de capitales?, es uno de los últimos ?coletazos? que el gobierno del estado junto con los grandes capitales, están lanzando en contra de Antorcha Campesina, para vengar ?viejos agravios,? inhibir nuestra lucha política y facilitar una posible política represiva al nuevo gobierno. Para que no exista duda, en la campaña mencionada se dan los números de las averiguaciones previas, radicadas en nuestra contra, en la Procuraduría General de Justicia.
Tratando de ubicar el problema en sus justas dimensiones, diremos que la falta de vivienda en Puebla y en el país es una de las más graves injusticias que en contra del pueblo pobre se viene cometiendo. Los colonos y los campesinos humildes no tienen acceso a un crédito para vivienda, y tampoco para comprar un pequeño terreno donde construir, dados los miserables sueldos que las propias compañías constructoras y otras ofrecen a los trabajadores. Así, el obrero de la construcción, ve con rabia inaudita como construye casas que está imposibilitado para habitar. Ve como las empresas y los gobiernos juntos, hacen jugosos negocios; mientras él, deambula en el lodo soportando las inclemencias del tiempo y la miseria, con su familia a cuestas, sin tener donde poder vivir.
No hay, ningún programa de gobierno que se proponga en serio atacar el déficit de vivienda, ni tampoco hacer sujetos de crédito a los trabajadores con salario mínimo. Así, una familia sin terreno y vivienda, obligado por la indiferencia de las instituciones busca una salida organizada a su problema, pero no porque sea un delincuente común, sino porque no se le deja otra alternativa para encontrar una forma de solucionar su problema. Si a esto le agregamos, que junto a su miseria, se encuentran unidades habitacionales y terrenos abandonados, no hay por qué dudar, que confluyen dos razones que provocan la inconformidad, que lo impulsa a obtener la justicia que nadie intenta, en lo más mínimo impartirle.
Queda pues claro para toda persona que razone correctamente, para quien sin prejuicios de ninguna clase intente en serio comprender el problema, que los únicos y verdaderos culpables de que se tomen casas o terrenos son el gobierno y las compañías constructoras, quienes en la búsqueda del mayor bien para un pequeño número, han dejado abandonados a su suerte a los pobres de México. ¿De qué se espantan?
Esta es la razón que explica la toma de viviendas en Tecamachalco y en Puebla, tomas que no constituyen delito de despojo, pues al momento de su ocupación no estaban habitadas por nadie (y este delito se tipifica con la posesión), con un tiempo de abandono de más de 20 años. En Tecamachalco y por más de l0 años, en Puebla. No obstante, de inmediato se buscaron a los dueños de dichos inmuebles para llegar a un posible convenio de compraventa, pues siempre ha sido nuestro propósito liquidar dichas casas.
Y aquí aparece la cereza del pastel: en el caso de Tecamachalco, nos quieren vender a precio de oro, viles cascarones (pues durante el tiempo que permanecieron abandonadas, les quitaron el cobre de las instalaciones sanitarias, los baños, los lavabos, los vidrios, las puertas y las ventana), que nosotros con nuestra presencia les hemos dado valor. Les rescatamos el tesoro perdido y aún quieren que les paguemos intereses. Si no hemos llegado a ningún acuerdo no es porque Antorcha Campesina quiera que le regalen las casas si no porque la avaricia y las ansias de enriquecimiento de Dimensiones Asesores S.A.de C.V. del Grupo Saba, son irrefrenable e insaciable.
Las declaraciones del asesor legal de la Empresa Hipotecaria Casa Mexicana S.A. propietaria de las casas ocupadas en Puebla, demuestra lo que decimos líneas arriba. Este señor, con un descaro digno del asaltante que hiciera famoso el documental de Ladrones Viejos, dice: En enero, esas viviendas valían 12 millones de pesos, pero ahora valen 20 millones, dejando perfectamente claro que quiere que le paguemos el doble, aproximadamente, del valor real de la vivienda. Esta voracidad, es la que ha evitado el arreglo. Este abuso, es el que defienden los plumíferos. Por tanto, cabe preguntarse: ¿Quién obstruye la solución del problema? Quien es más delincuente ¿el que invade por necesidad o el que roba para atesorar? Quien es el verdadero enemigo del estado de derecho, ¿el que busca que no explote la situación, buscando alguna salida, si se quieren poco ortodoxa, a las necesidades del pueblo pobre, o el que escudado en el ?derecho? y buscando que se aplique a rajatabla, cierra todas las válvulas de escape, sin reparar en que provocará con ello una explosión de impredecibles consecuencias?
Grave error cometen el gobierno, los empresarios y aquellos que presentan a Antorcha Campesina como enemiga del sistema, del empresariado y del derecho. Les estamos prestando un servicio invaluable, que solo su arrogancia, sus ansias de atesoramiento y poco compromiso con nuestro país y con nuestro estado les evitar reconocer y valorar.
Más grave aun seria el error de querer resolver un problema social por la vía del encarcelamiento. Eso, lo único que provocaría es un conflicto político de incalculables dimensiones. Lo mejor es respetar la mesa de negociación y lo ahí acordado. No hay más. Es ceguera política, sentir el temblor y no hincarse.
*Dirigente del Movimiento Antorchista en la mixteca poblana.
