Es cierto que todos los seres humanos tenemos necesidades específicas según la etapa de vida en que nos encontremos; así la niñez, requiere de protección, defensa y cuidado de sus derechos; las personas adultas mayores o con alguna discapacidad, también requieren de protección y defensa de sus derechos a través de normas que se ocupen de ello; sin embargo, muy poco se habla de las necesidades y demandas que tienen las y los jóvenes.
Atendiendo a este argumento, me permito decir que el 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General de la ONU, aprobó la recomendación de la Conferencia Mundial de Ministros, consistente en que los días 12 de agosto de cada año, se declarara como Día Internacional de la Juventud.
En virtud de lo anterior, durante este año, se llevaron a cabo diversas acciones a favor de las y los jóvenes, se brindan espacios de opinión, se organizaron foros, debates, en fin, una serie de eventos que fomentan la participación y expresión de este sector de población tan importante para cualquier sociedad, son a ellos a quienes debemos mucho, ya que su entusiasmo, energía e inteligencia son quienes contribuyen en gran medida, en la evolución de ideas e inclusive de estructuras; son ellos y ellas quienes les demuestran a aquellas personas que han caído en la incredulidad, apatía, desinterés y monotonía laboral, familiar y personal, que los cambios son posibles y que no solo basta con ser entusiastas y optimistas, hay que idear, proyectar y después ejecutar sin temor al fracaso.
El pasado 12 de agosto, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, hizo un llamamiento a defender el dialogo y el entendimiento entre culturas como herramienta para alcanzar la paz y el desarrollo y puso en marcha el Año Internacional de la Juventud, durante el cual se llevarán a cabo una larga lista de actividades y campañas alrededor del mundo para promover el valor del diálogo entre las nuevas generaciones.
No obstante, hay que tomar en consideración que los y las jóvenes son un grupo poblacional sin protección jurídica propia, han estado históricamente subsumidos en otras etapas que corresponden ya sea a la niñez o bien a los adultos, sin que se tome en cuenta que tienen necesidades y demandas propias de su edad, en donde por cuestión natural han dejado de ser niños o niñas, sin que esto quiera decir que tengan los conocimientos suficientes, experiencia y desarrollo físico que hayan concluido como para que se les considere adultos.
El único instrumento que se puede mencionar que existe a nivel Internacional, es la CONVENCIÓN IBEROAMERICANA DE DERECHOS DE LOS JÓVENES, de la Organización Iberoamericana de Juventud, este documento contempla los derechos de la juventud en temas que van desde la salud y la sexualidad, al trabajo, la educación y la cultura, entre otros; los que me ocuparé en describir en la siguiente ocasión.
