Característica del gobierno federal es tomar decisiones sin analizar pros y contras y, mucho menos, consultar a los involucrados. Ahora ocurrió con Nacional Financiera, hace un mes sin más optó por cerrar 27 oficinas, y ahora con la protesta de los propios estados ha dado marcha atrás.
Ya el pasado 21 de junio en este espacio le comentábamos de la decisión de centralizar las actividades de Nafin, y sólo dejar cinco oficinas regionales. Los asuntos de Puebla y Tlaxcala se trasladarían a las oficinas centrales en la ciudad de México.(http://www.balance-financiero.com/detColumna.php?id=2911 )
La decisión fue notificada a los Consejos Estatales, se procedió a desmantelar oficinas y se iniciaron los trámites para liquidar a unos 70 trabajadores de Nafin.
Pero lo que no contaba el Consejo de Administración, encabezado por Hector Rangel Domene, era que serían los propios secretarios de Desarrollo Económico (Sedeco) de las 32 entidades los que harían un frente común para rechazar la decisión federal; además del rechazo del sindicato a que fueran liquidados 70 trabajadores.
Los 32 estados están gobernados por los tres principales partidos en el país, PAN, PRI y PRD, y aunque no lo crea coincidieron en objetar la medida centralista del gobierno de Calderón, porque pondría en desventaja a las empresas para bajar los recursos, retrasaría su entrega y sería mucho más burocrático operar los expedientes de cada una, independientemente que el Consejo Estatal continuaría evaluando las solicitudes, pero la decisión final correría a cargo de la ciudad de México.
En una reunión de trabajo de la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Económico (AMSDE), realizada el lunes de esta semana, los funcionarios estatales lograron revertir la medida.
Puebla y Tlaxcala, concretamente, rescataron las jurisdicción de Nafin, se quedará en la capital poblana y la Sedeco le dará ?albergue?, es decir le proporcionará las oficinas, pero ya el gasto del salario de Samuel Constantino y el administrativo estará a cargo de la institución financiera, al menos ese fue el acuerdo.
Según comentan, no eran sólidos ni convincentes los argumentos de los directivos de Nafin por centralizar sus actividades. Supuestamente todo se refería a la operación y costo burocrático, pero que realmente no significa un mayor peso para la institución.
Hay que recordar que ya ocurrió prácticamente lo mismo con Bancomext desparecieron oficinas y personal, se instituyó Proméxico pero tampoco tiene oficinas en los estados.
Así, Bancomext está orientado casi, casi al puro factoraje, lejos de cualquier actividad de promoción y respaldo a las empresas exportadoras; mientras que Nafin, en términos generales sólo atiende a grandes empresas con casi nada de respaldo a las pymes.
A ver si la cruzada de la AMSDE termina de concretarse y, sobre todo, que se fortalezca la operación de Nacional Financiera, aunque esto último obviamente dependerá de su dirección general, en tanto no resuelva el entuerto si fusiona o no Bancomext-Nafin.
