En las naciones precolombinas autóctonas la cultura de la corrupción no existe. Tan es así que al niño mentiroso lo sancionan colgado de cabeza para que inhale el humo de los chiles quemados en un bracero.
Al hombre maduro alcohólico lo ejecutan, y al joven que no asume responsabilidades sociales es castigado realizando tareas comunales hasta por años.
Por lo anterior siéntase Usted protegido del mal de la corrupción por el cincuenta por ciento de la memoria genética de su mestizaje.
Por la otra mitad persígnese y luche (si lo desea) contra de ella, toda vez que los conquistadores provenientes de la península ibérica estaban inmersos como el resto del mundo (los dos hemisferios) en una serie de prácticas ahora detestadas, pero que era la moral imperante. Ejemplos: La mala calidad de alimentos, bastimentos y aparatos para la guerra fabricados por contratistas deshonestos; el bautizamiento de un aceite de comer fino con otro corriente, práctica común para los vinos, perfumes, esencias y leche; asesinato del transportado por vía terrestre o marina, por los patrones de bestias, barcos o carretas, para robar a sus clientes; sacrificio de cientos de miles (millones) de seres humanos en guerras centenarias generadas por caprichos de familias reales.
Hoy en el 2010 en Puebla-México ha levantado el escándalo social un supuesto acto de corrupción cometido por un juez. A este en un manifiesto sus pares lo han apoyado y uno solo ha exigido el esclarecimiento de los hechos. Lo cual en lenguaje de la opinión pública significa que el vecino común ya está hasta la coronilla de estas conductas reprobables en cualquier geografía donde exista el pretendido Estado de Derecho.
¿Querrá el Poder Judicial uno de los tres poderes de nuestra entidad federativa aclarar inmediatamente bajo la mas cristalina transparencia los hechos?.
¿Asumirá el honesto presidente del Tribunal Superior de Justicia sus altas responsabilidades?, y precisamente en temporada electoral cuando los críticos permanentes del gobierno y del partido que lo elevó blanden sus armas para derrocarlo.
El poder judicial de nuestra entidad ha sido presa y sujeto del primitivo método de reclutamiento de recursos humanos, tan anacrónico es que no hay método para convocar y para seleccionar.
En cualquier país de menor demografía y economía que la nuestra la convocatoria es pública, universal y abierta, e incluso existe un comité público que actúa para dirimir inconformidades.
Un juez en Europa es jubilado al término de su vida activa en forma inmediata, no queda a su criterio personal el decidirlo y debo hacer constancia que está sujeto todo el tiempo a visitas evaluatorias donde se analizan rendimientos de trabajo en forma común y corriente, situación que se aplica incluso a los altos magistrados mientras las entidades gubernamentales, para-gubernamentales, e incluso las empresas privadas no convoquen, seleccionen y recluten a los más aptos, para emplearlos, mientras los mismos cuerpos no posean escalafones justos y en actitud gerencial para los ascensos, premios y castigos; mientras en esas instituciones la jubilación no sea obligada, poco se avanzará en la débil lucha contra la corrupción.
En el caso de Puebla cuéntole para terminar una anécdota: En una asociación abogadil como existen varias, quejábanse los abogados de esa mesa de que sin ser consultados su representante hubiese designado a su sucesor sin pedirle su opinión. Les sugerí que se inconformaran estatutariamente. Ninguno de los miembros todos ellos abogados expertos y honestos, tenía en sus manos, ni en la memoria de sus computadoras los estatutos que son vida y madre de cualquier agrupamiento como puede serlo el del patronato pro-construcción de una escalera de mármol para ver a una imagen religiosa de una capilla remota de un pueblo olvidado.
cesarmusalem@puebla.com