27-04-2024 07:48:59 PM

RIP a Orduña?viene Fernández

Ni siquiera la goleada de 3-0 que obtuvo su equipo ayer en el estadio Cuauhtémoc contra los súper débiles y malísimos Guerreros de Hermosillo servirá para que el técnico de Lobos Buap, Sergio Orduña conserve su trabajo.

Su salida es ya, desde hace días un strike cantado.

El relevo está también desde hace tiempo cocinado, se trata del patético Hugo Fernández, sí, el mismo que tanto daño le ha hecho al fútbol poblano.

El tema no debe sorprenderlo.

Desde que aceptó el cargo como estratega, la espada de Damocles pendía sobre la cabeza de Orduña.

Todos en el equipo y la directiva lo sabían, menos él.

Sergio llegó como un tercero en discordia una vez que la directiva del club tenía diferencias irreconciliables sobre el perfil que cada una de las partes consideraba como el “ideal” para llevar al equipo a pelear el ascenso.

La dupla Ruiz Esparza-Poblete y el uruguayo Hugo Fernández era el motivo de la discordia entre licántropos.

Al final se optó por Orduña, pero bajo la premisa de que estaba obligado a sumar muchos puntos y muy rápidamente.

Esta “condición”, sin embargo, parece ser que no le fue explicada al timonel, quien en su discurso enfatizó la importancia de trabajar a largo plazo y poco a poco para obtener los resultados que se le exigían.

Hoy tiene las horas contadas en el club universitario.

El ala Pro-Fernández al final se impuso, a pesar de la enemistad personal del sudamericano con René Marín, hermano del gobernador del estado y vicepresidente del equipo y de que en su etapa previa como director técnico de Lobos, Hugo se caracterizo por institucionalizar las prácticas más oscuras y desleales que sembraron el encono y la división entre jugadores y cuerpo técnico.

Amenazas, gritos y humillaciones a los futbolistas son la constante en caso de derrota.

Basta recordar la historia del colombiano Leonardo Fabio Moreno, alias “el cantante”, uno de los blancos favoritos del energúmeno uruguayo, mientras militó en el equipo poblano.

Fernández, después de cada derrota, que por cierto no fueron pocas bajo su tutela, culpaba al jugador por el resultado adverso, evadiendo cobardemente su responsabilidad.

Cerrado a cualquier intercambio inteligente de ideas, iniciaba invariablemente el rosario de ataques, descalificaciones e insultos, que siempre terminaban con el inevitable reto a pelear.

“Te voy a romper la madre”- le repetía sin cesar.

Fabio Moreno, profesional al fin y respetuoso de las jerarquías futbolísticas, dejaba pasar lo anterior pensando seguramente que se trataba de destellos de demencia senil sin importancia.

Hasta que un día ocurrió lo inevitable.

A la mitad de un entrenamiento y contagiado ya de la frustración que ocasiona que no se den los resultados, el colombiano respondió con hechos a las amenazas verbales de su entrenador.

Y no le fue nada bien al uruguayo, quien le hizo honores y con creces a aquella máxima de La Rochefoucauld que reza aquello de que “el cobarde sólo amenaza cuando se siente a salvo”.

Literalmente llorando y confiando en su “incondicional apoyo”, Fernández pidió ayuda a su directiva sin considerar siquiera la posibilidad de que el tiro le saliera por la culata.

Y es que, ante la posibilidad de que se cometiera una injusticia mayúscula con uno de sus compañeros, el resto de los jugadores cerró filas en torno a Moreno y se atrevieron por fin a denunciar las bajezas de su entrenador.

Además de los insultos, las amenazas y las vejaciones, se dijeron víctimas de un sofisticado esquema de espionaje operado por Fernández y su hijo Fernando- conocido por los futbolistas de los equipos que ha dirigido su padre como “la oreja del vestidor”-, el cual no sólo se ceñía a sus actividades en las instalaciones del club, sino que afectaba también diferentes ámbitos de su vida privada.

Los “incómodos” de Fernández, son seguidos hasta sus casas, en donde son vigilados de manera constante.

¿El objetivo?

Detectar cualquier conducta polémica que le permita al uruguayo utilizarla como herramienta de manipulación y extorsión para con sus jugadores.

Muy profesional ¿no cree?

En resumen,el mismo antifútbol, el mismo esquema defensivo, la misma inoperancia, el mismo desprestigio, la misma mamonería, el mismo despotismo, pero ahora sazonado con el toque mafioso característico de quien tanto daño le ha hecho al balompié nacional.

Diría el filósofo Juan Gabriel: ¡pero qué necesidad!

Sin embargo, hay razones extra-fútbol detrás de la llegada de Fernández ($$$$$$).

Mañana le platico.

 

latempestad@statuspuebla.com.mx

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