El jueves 27 de agosto de este año, La Jornada de Oriente e Intolerancia, voceros oficiosos del PRD y del Gobierno del Estado, dieron a conocer las declaraciones de Socorro Ceceñas Chapa, titular de “Seguridad, Justicia y Derechos Humanos” del Secretariado Nacional del PRD, denunciando el “secuestro” de Rosa María Melchi, Juan Castillo Velázquez, Leonardo González Galindo y Francisco Hernández (presuntos integrantes de la UCI), a manos de Antorcha Campesina.
Ni el PRD aportó la mínima prueba de su dicho ni los periódicos se tomaron la molestia de exigirlo. El papel de “revolucionario” de los primeros y la impunidad de la que gozan los segundos, fueron razón suficiente para dejar caer sobre sus adversarios políticos las peores ofensas, las más viles calumnias y las acusaciones más graves, sin que sientan obligación moral, política y legal, de aportar las más elementales pruebas de sus aseveraciones.
Nos encontramos ante el clásico abuso de poder, tanto de algunos medios como del PRD; y esto es grave, muy grave, porque se trata de un partido que se dice “revolucionario” y de cierta prensa que se llama a sí misma “objetiva”, “independiente”. El desarrollo de los hechos demuestra que nos encontramos con un PRD jugando el indigno papel de rompe movimientos, algunos diarios como voceros oficiosos, y al Gobierno del Estado de Puebla como orquestador de mentiras y calumnias.
Veamos: El martes 25 (día del supuesto secuestro) en la noche, la Secretaría de Gobernación y la Procuraduría General de Justicia del Estado, recibieron del presidente municipal de Huitizilan de Serdán, como respuesta a su interrogatorio irrespetuoso e incriminatorio, información fidedigna: dos de los supuestos secuestrados se encontraban, uno, en su domicilio de Tepango de Rodríguez y, otro, en la ciudad de México. Las dos dependencias corroboraron en esos momentos la certeza de la versión del alcalde.
Como se trata de un “solo secuestro”, era natural concluir que los otros también estaban “vivitos y coleando”, y que, por tanto, se estaba ante “una falsa alarma” o ante una cobarde calumnia. El que dos días después de los “supuestos hechos”, y de la comprobación de la existencia de los “secuestrados”, se diera a conocer la noticia, es prueba irrefutable de que se trata de una cobarde calumnia orquestada desde el Gobierno del Estado, con el PRD jugando el papel de peón, y La Jornada de Oriente e Intolerancia jugando el papel de voceros “honrados e independientes”.
Con el único y claro propósito de dejar limpia -una vez más- su imagen pública, el Movimiento Antorchista presentó, ante los medios de comunicación, a Juan Castillo Velázquez y a Leonardo González Galindo, quienes, de propia voz, manifestaron nunca haber sido secuestrados y no tener nada que ver, ni con el PRD y mucho menos con la UCI. Por tanto, el PRD no sólo juega el papel de rompe movimientos, sino que agrega a sus “méritos revolucionarios” el de “traficante de cuadros”. Los diarios “independientes y honrados” guardaron absoluto silencio ante la prueba contundente de nuestra inocencia y el Gobierno del Estado ordenó callar a muchos de los diarios poblanos, demostrando, con su actitud, que es política suya desprestigiar y reprimir a Antorcha Campesina.
Es, por tanto, seguro que este ensayo se intente repetir una y mil veces, hasta lograr meter a la cárcel a los dirigentes antorchistas. Porque está seriamente amenazada la libertad de los líderes antorchistas, porque se intenta coartar la libertad de manifestación y acallar las voces de protesta de miles de campesinos pobres, es que me veo obligado a denunciar públicamente la actitud del PRD, de La Jornada de Oriente e Intolerancia, y del Gobierno del Estado, no porque vayan a cambiar, sino para dejar constancia pública de su política calumniadora y represora.
