Un año con múltiples frentes abiertos en lo político, económico y social, con la falta de respuestas, de soluciones, lo único claro en México es la falta de liderazgo no sólo a nivel gubernamental sino también en los sectores productivos.
La mitad del sexenio del presidente Felipe Calderón se caracteriza por la presencia de una crisis económica internacional, que si bien vino de afuera, terminó por agravarse a nivel interno ante la falta de decisión para hacerle frente. No fueron pocas las medidas anunciadas y que no llegaron a concretarse.
No hubo capacidad para lograr acuerdos. Los diversos grupos políticos se mantuvieron en constante enfrentamiento, velando sólo sus intereses.
Pero si el gobierno se mantuvo casi inmóvil en todo este año, desde que se anunció formalmente la crisis por estas fechas en 2008, el sector privado no se queda atrás.
Tanto a nivel nacional como en los estados, y en caso concreto en Puebla, el liderazgo de la iniciativa privada no se nota por ningún lado. El discurso sobre la reforma estructural es lo único que ha manejado durante meses, que si bien son necesarias, de ahí en fuera también se pasmó frente a las crisis: la económica y la sanitaria con la epidemia de influenza.
Propuestas, acciones o acuerdos brillan por su ausencia entre el empresariado mexicano. Lo único que han hecho los empresarios es demandar el apoyo financiero por parte del gobierno federal para enfrentar las crisis, según sea el ramo en el que se muevan las empresas. De ahí en fuera no se concretó mayor acción ni siquiera entre los propios organismos empresariales.
La ausencia de liderazgo ha impedido lograr relativos acuerdos en torno a ciertas medidas tomadas por el ejecutivo federal, desde su lucha contra el narcotráfico, pasando por la contingencia sanitaria, la forma y tiempo de enfrentar la crisis económica.
Y peor aún, que el mismo Calderón apostó todo y confió en tener mayoría en la Cámara de Diputados para llevar adelante las reformas, y por ello no buscó ni siquiera un acercamiento de entendimiento con los diferentes grupos políticos. Los resultados ya se saben, su partido Acción Nacional no tiene el control del Legislativo y ya se verá cómo andan sus cabilderos para lograr ese acuerdo, ese consenso que permita avanzar en materia legislativa.
Mientras, no bien acaban de pasar las elecciones federales, cuando los diversos grupos políticos siguen velando armas para el 2012, cuando se realice los comicios federales para elegir Presidente y renovar el poder Legislativo.
El cuarto año de gobierno, ya se sabe, no será nada fácil en lo económico. El hoyo financiero de 300 mil millones de pesos, significa mínima inversión en obra pública, limitar al máximo sino es que casi desparecer varios programas sociales.
Los diversos frentes merecen una cabal atención que lleven a un efectivo control y clara respuesta. Se entiende que las soluciones no son de un día para otro, y precisamente el liderazgo es lo que frenaría que se siga desmoronando el país, favorecería llegar a acuerdos, a aplicar políticas concretas que realmente beneficien a la gente, al país.
Elecciones y Reforma estatutaria
En otros temas, los empresarios poblanos se preparan para mantener el control y revivir al Consejo de Desarrollo Industrial, Comercial y de Servicios (CDICS), ya que en diciembre próximo deberá cambiar por completo a sus integrantes, al cumplir los cuatro años que señalan los estatutos.
Pero no sólo eso sino que algunos empresarios buscarán reformar los estatutos de este Consejo, que nació en 2005 para el manejo del Impuesto Sobre la Nómina (ISN).
Está claro que no funciona que se queden cuatro años personas que ya no tienen ninguna representatividad, que los asientos en el Consejo deben ser “institucionales”, es decir para los organismos empresariales y no para personas que ya no son presidentes de ninguno (como actualmente ocurre) y que ha servido para que unos cuantos mantengan el control del CDICS y protejan hasta sus personales intereses.
Por supuesto no todos están muy de acuerdo, y algunos que sí están por la modificación pretenden mantener el privilegio de representación de los organismos pertenecientes al Consejo Coordinador Empresarial (CCE), evitar así que otras cámaras o asociaciones ajenas a este Consejo lleguen a ocupar un asiento.
Habrá que esperar cómo concilian intereses ambos grupos empresariales, y qué dice finalmente el gobierno del estado a través del titular del CDICS que es el Secretario de Finanzas.
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