06-05-2024 10:06:53 PM

La industria automotriz

Después de casi seis meses de crisis a nivel mundial y nacional, provocada por los fallos de la economía clásica, y que siguen sin ser corregidos totalmente por parte del Estado, se ha desencadenando una de las peores crisis laborales de los últimos tiempos; crisis que llevó a los consorcios más representativos de la economía norteamericana a declarase rápidamente en quiebra. El ejemplo más claro de esta crisis histórica es la industria automotriz americana, con su emblemática empresa General Motors.
 
Nuestro país no se ha salvado de este desastre económico, actualmente, el desempleo ha llegado a cifras alarmantes, después de las registradas en 1995; a finales de junio de este año, la tasa del desempleo llegó a estar al 5.17 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), es decir, existen 2 millones 400 mil trabajadores que no cuentan con un empleo o, mejor dicho, existen desempleados a nivel nacional, resultado de la incapacidad para generar empleos por parte del gobierno federal (datos que son reconocidos oficialmente).

La Secretaria  de Trabajo y Previsión Social se ha dado el lujo de festejar la “estabilidad” que existe en nuestro país respecto al desempleo; es decir, festeja que en México no haya empleo o que siga sin generar empleos, mientras que en los demás países, como España o Canadá, el trabajo se mantiene a la alza. Dicha secretaría ha implementando medidas, que muchas veces son arbitrarias y desventajosas para los trabajadores, como lo es el famoso “paro técnico”, concepto y medida establecida en la Ley Federal del Trabajo.

Se ha logrado que, aquellas empresas que se han visto afectadas en su producción y venta implementen dicha acción y que, además, los gobiernos asuman la responsabilidad del costo que generan esos paros técnicos, tal y como sucede en el caso de México. Verbigracia, la armadora de Volkswagen de México, establecida en Puebla (con cerca de 11 mil trabajadores de base y 2 mil trabajadores eventuales) ha llevado a la práctica “cotidiana” el implementar paros técnicos generales, manteniendo, a  casi 500 trabajadores en paro permanente. Lo que significa -lisa y llanamente- que 500 familias no tengan qué comer o que tengan que sumarse a la delincuencia para poder hacerlo.
 
Se ha declarado que la actual crisis económica aún no toca fondo, pero, en contraste, nos encontramos con aquel refrán de que “el pez grande se come al más chico” y, en estas condiciones económicas, es cuando los grandes consorcios más sólidos del mercado mundial lanzan toda la carne al asador, invirtiendo millonarias cantidades de dinero, como el caso de la armadora Volkswagen de México, que destinará en dicha planta la “pequeña” cantidad de mil millones de dólares, lo que permitirá elevar su producción a 300 unidades por día. Ello, además de una inversión indirecta por parte del gobierno federal, que apoyará a todos aquellos que decidan cambiar su automóvil en estado de chatarra y que tengan una antigüedad mayor de 10 años; se les darán 15 mil pesos a los interesados para la compra de un auto nuevo.

Por otro lado, nos encontramos ante la revisión general del Contrato Colectivo de Trabajo, que realiza el Sindicato Independiente de dicha armadora, solicitando -de inicio- 8.4 de aumento salarial, a negociación; ante este panorama, salen a flote dos contradicciones: la primera es que se efectúa una millonaria inversión para el incremento de producción y, la segunda, es que la armadora no se encuentra en condiciones económicas para llegar a una buena negociación.

En el caso de la General Motors, el gobierno norteamericano ha adquirido el 60 por ciento de su capital y Canadá el 12 por ciento, derrumbando una infinidad de teorías y tesis económicas que, al mismo tiempo, son cuestionadas por quienes las defendían a pecho abierto. Como siempre, los trabajadores son los que pagan los platos rotos por la inconsecuencia y la tozudez del libre mercado. Mientras el pueblo pobre no conquiste el poder político y económico, no saldrá adelante para beneficio de sus demás hermanos de clase y, si no, esperemos el resultado de los trabajadores del sindicato de VW.

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