El próximo domingo 5 de julio se realizarán las votaciones federales, y hay que ejercer ese derecho a votar por un partido, por el que prefiera, o como dicen algunos, por el que le parezca el menos malo, ¡No anule el voto ni se abstenga!
Es cierto que la mayoría no estamos de satisfechos ni de acuerdo con el actuar de los legisladores, de los gobernantes, en general de la clase política de México. Pero no es con el voto nulo o blanco la mejor forma de protestar y mucho menos de presionar al cambio.
En el proceso de campañas quedó demostrada lo ineficaz, lo errónea que resultó ser la reforma electoral efectuada el año pasado.
Votar nulo o en blanco deja el paso libre para que la minoría elija a quienes legislarán y gobernarán a la mayoría.
Los integrantes de esa Cámara no tendrán la legitimidad para legislar, ni los alcaldes o jefes delegaciones tampoco tendrán legitimidad para gobernar.
El próximo domingo es cuando más podría operar el “voto duro” (de cualquiera de los principales partidos contendientes), con tal de garantizar que la minoría sea la gran electora, y de paso vencer a los simpatizantes de anular su sufragio.
Si finalmente resulta que la minoría elige, entonces podría darse paso a tener un gobierno autócrata y autárquico, con el que Felipe Calderón actuaría a sus anchas para que ahora sí se dé salida a reformas como la laboral, la fiscal, entre otras más, tal como las quiere ese grupo, precisamente, en perjuicio de la mayoría.
El beneficio de las acciones de gobierno continuaría siendo para unos cuantos, respaldado por los monopolios y oligopolios privados que son los que ejercen su poder
Acciones de cómo actuaría un gobierno autárquico y autócrata lo vimos hace unos días cuando tropas castrenses irrumpieron y atentaron contra un Estado, contra un gobierno estatal y varios gobiernos municipales, en el caso de Michoacán. Acciones con tinte fascista y, sobre todo, propagandísticas para el grupo gobernante.
El ejército de por sí está en las calles del país desde hace un año.
Votar en blanco o anular el voto fortalecerá al grupo gobernante.
Los defensores del voto nulo aspiran con su actuar a que haya candidaturas independientes o ciudadanas sin partido político de pormedio; pero, pierden de vista que en el momento en que un ciudadano/ciudadana busque un puesto de elección popular está haciendo política, se convierte en político/a.
Incluso, para registrarse ante la autoridad electoral el candidato independiente (sin partidos) tendría que hacer una propuesta concreta, presentar un ideario político, igual que lo hacen los partidos.
Además ya hemos tenido candidaturas ciudadanas, independientes o adherentes (como quieran llamarles) a través de un partido y no se ha notado la más mínima diferencia a la hora de legislar o gobernar. Al contrario, esos otrora candidatos ciudadanos o adherentes al asumir el cargo denotan que responden a intereses individuales o de grupo; se nota su falta de preparación básica en política, ni siquiera conocen las leyes básicas o algo sobre la de historia de México.
Esos que pretenden demostrar su rechazo a los políticos con voto nulo o en blanco perjudicarán a todo un país.
Suponiendo que logren ser mayoría los del voto nulo ¿cómo pretenden después validar su autoridad para reclamar actos de gobierno o de legislación que nos les parezcan?
Además de, supuestamente, reflejar su rechazo a la clase política con el voto nulo ¿qué más proponen?
Hasta el momento no han articulado demandas concretas a quienes integran la clase política y están en el poder.
Reflejan su rechazo; demuestran estar hartos de la forma de hacer política en México. Sí, igual que la mayoría de los mexicanos, pero ¿y después de las elecciones que?
Ellos y ellas con su voto nulo o en blanco sí que estarán diciendo: al diablo con las instituciones.
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