19-04-2024 10:17:58 PM

Peor?imposible

Cada día se descompone más el escenario previo a la realización del proceso electoral del 5 de julio en Puebla.

Sí, en este estado “en donde no pasa nada”, han sucedido una serie de acontecimientos que enrarecen el entorno en el cual, dentro de poco más de una semana, saldremos a votar.

Primero, el ambiente que se vive actualmente en el estado.

A pesar de la obsesión gubernamental de negar sistemáticamente el hecho de que existen serios y muy preocupantes focos rojos en materia de gobernabilidad, cada vez existen muestras más claras de que en el estado en donde según las autoridades “nunca pasa nada”, en realidad suceden muchas cosas.

La acción de grupos relacionados con la delincuencia organizada es cada vez más evidente.

El ataque de un comando armado a un autobús de la Procuraduría, detonando más de cien cartuchos de armas de grueso calibre y el número de personas ejecutadas en los últimos días, son muestras claras de lo anterior.

Grupos sociales como Antorcha Campesina, que se mueven bajo la lógica de la política partidista, nuevamente nos recuerdan que son un factor siempre latente de presión y desestabilización.
Más de un mes en plantón y nada, absolutamente nada.

La nueva amenaza lanzada al gobierno es boicotear la elección e impedir la instalación de casillas y la afluencia de votantes el próximo 5 de julio.

¿Y qué me dice de los maestros?

¿Realmente cree usted que la recuperación de las oficinas del SNTE significa la resolución del conflicto?

Por favor.

Qué mejor que los reflectores de la elección para resucitar mediáticamente.

El IFE asegura que en su mapa de riesgos tiene registrados cerca de 35 factores reales que podrían poner el riesgo el buen desarrollo del proceso electoral, entre ellos Izúcar y las juntas auxiliares de Tecola y Azumiatla, aquí en la capital.

Sobra decir que el discurso oficial es diametralmente opuesto.

¿A quién le cree usted?

Ya en el ámbito de los partidos y candidatos el escenario no es mejor:  

Candidatos que no convencen y que, ante la falta de capacidad y propuestas efectivas, prefieren llevar las campañas al terreno de los ataques y las descalificaciones.

Lamentable si partimos del hecho de que hasta para golpear se necesita talento.

Nos han demostrado que ni candidatos ni líderes de partidos lo tienen.

Por eso, a lo más que llegan es a proponer antidoping y alcoholímetros a sus contrincantes.

No les da para más.

De este bajo nivel, de esta diatriba propia de lo más bajo y elemental de los sótanos de la política, no se salva siquiera el árbitro de la contienda.

Ese que se supone es mejor cuando no se ve, se ha contaminado del ínfimo nivel de la política poblana y sacrifica institucionalidad en aras de convertirse en otro bravucón actor de la elección.

Un consejero electoral, aparentemente justo e imparcial, en aras de atraer reflectores, no escatima críticas y vituperios en contra del líder de un partido por el simple hecho de ejercer su libre derecho de cuestionar su desempeño.

Para colmo, y para abonar el ambiente de dudas y desconfianza que han rodeado la elección, aparecen en Tecamachalco, como por arte de magia, boletas electorales que tendrían que ser utilizadas en Guerrero.

Vaya.

Qué diferente luce la Puebla real, si la comparamos con la que nos intentan vender todos los días autoridades, partidos y candidatos en el discurso.

Pero eso sí, se rasgan las vestiduras cuando la sociedad les da la espalda y pierde la confianza en la política y el servicio público.

Estos “incomprendidos” no entienden que no han sabido estar a la altura de las demandas ciudadanas y que esto tiene como consecuencia el enrarecimiento del clima social en la entidad.
 
latempestad@statuspuebla.com.mx
 

 

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