No gustó nada la declaración del presidente de Volkswagen de México (VWM), Otto Lindner, de que no habrá aumento salarial, y puso como ejemplo al personal administrativo (unos 5 mil empleados) que no recibió incremento. Por lo que se apunta una difícil negociación entre las partes en agosto próximo.
El sindicato se abstuvo de emitir cualquier comentario oficial al respecto, en tanto no inicien formalmente las negociaciones. Pero por lo pronto ya sabe lo que le espera.
Aunque algunos obreros en lo particular se mostraron inconformes con lo dicho por el directivo alemán.
Ya en este espacio comentábamos (18 de mayo) el posible escenario en la armadora alemana ante la revisión salarial, y preguntábamos ¿quién apretará más las tuercas: sindicato o empresa?
El lunes pasado, quedó más que clara la posición de la empresa: No habrá aumento salarial, si acaso un bono.
Este año, al personal administrativo se le cubrió un bono único equivalente al 2 por ciento del salario, según el rango de cada empleado. Por ejemplo, si tiene un ingreso de 15 mil pesos al mes, el bono fue 3,600 pesos.
Volkswagen quiere seguir el camino de las firmas estadounidenses y asiáticas: cero aumento y pago de un bono único.
Realmente el Grupo VW es el menos golpeado de toda la industria automotriz. Según su reporte del 12 de este mes, a nivel mundial entre enero y mayo había colocado 2.49 millones de vehículos, 7 por ciento menos que el año pasado. Aunque tiene un buen comportamiento en los mercados de Alemania, Brasil y China.
Según el vicepresidente de Ventas y Mercadotecnia del Grupo VW, Detlef Wittig, a excepción de China, los mercados mundiales no dan signos de pronta recuperación y no es muy claro cuándo podría tocarse fondo.
Si vemos a VW de México, la baja en producción, en ventas en el mercado nacional y en exportaciones es mucho menor de lo que acusan las otras firmas. Tan es así que mantiene una penetración en el mercado nacional superior al 20 por ciento. Los modelos, los precios de sus vehículos, y que la empresa no tiene problemas como las estadounidenses atraen la confianza del consumidor, pese a la crisis.
Independientemente de cómo se comportan los mercados, la firma mantiene sus planes de inversión, de ampliación, y desarrollo de nuevos modelos para 2010 desde Puebla.
Ya lo dijo (el pasado lunes) el propio Lindner: “Volkswagen México es uno de los centros de producción global más importantes del Grupo Volkswagen”.
Parte de los mil millones de dólares anunciados el año pasado se verán el próximo 29 de junio cuando se inaugure la nueva planta, donde se ensamblará un nuevo modelo, y que tendrá una capacidad de producción de unas 100 mil unidades al año, con la más alta tecnología, prácticamente robotizada y con el mínimo empleo de mano de obra.
Al tiempo que fortalece a su listado de proveedores, e inicia un ambicioso proyecto de alentar el diseño e ingeniería automotriz desde Puebla, México.
Así que entre todo lo negativo que es este 2009, los alemanes la están librando más o menos bien y están apostando todo para los siguientes años, con modelos acordes a las necesidades del consumidor: económicos, resistentes, menos contaminantes.
Empero, para el lado de los trabajadores mantiene la advertencia de despidos por sus costos de operación, con todo y que ha sido favorecida con el apoyo del gobierno federal por la aplicación de paros técnicos.
Son los trabajadores los que más han resentido esta crisis, pues ante los paros técnicos reciben el 50 por ciento del salario. Y ahora con la serie de paros escalonados durante 5 semanas, habrá algunos técnicos que descasen hasta 14 días, de los que sólo cuatro cobrarán completo y el resto con ajuste.
La puja por el aumento salarial no será nada tranquila. Es factible que la empresa apriete tanto o más que el año pasado, que a unas cuantas horas de que venciera el plazo para estallar la huelga hizo una oferta mínima que permitió el arreglo.
Habrá que ver si la dirigencia sindical logra que los obreros le cedan plenas facultades de decisión y con base en ello negociar directamente con la empresa, que buscará a toda costa salirse con la suya: no dar aumento.
Y la alerta se encendió
Nervios, intercambio de miradas; rostros de los directivos de Volkswagen que se tornaban tensos y sonrojados, durante los dos minutos que habló su presidente sobre el aumento salarial, en el acto realizando en la UPAEP para presentar la carrera de Ingeniería en Diseño Industrial.
Un primer intento de los reporteros fue esquivado por Otto Lindner, hasta acusó al reportero “de estar en un lugar equivocado”.
Pero vino el segundo intento, a cargo de una reportera. Preguntó directo y claro sobre la revisión salarial. Los directivos de VW, como Thomas Karig de Comunicación Corporativa, estaban más que confiados en que otra vez zanjaría el tema.
Pero, no. Otto Lindner tomó el tema y dio la nota: “No hubo incremento de sueldos para directivos y empleados y la meta va en el mismo sentido” (no dar aumento a los obreros).
De la posición cómoda que tenía Karig sentado atrás de Lindner, pasó al nerviosismo e hizo dos intentos por decirle algo al oído a Lindner, pero Thomas Karig no se decidía.
Lindner advertía “…no queremos dejar de invertir en el futuro”.
Un movimiento rápido sin levantarse de su silla, y Karig finalmente le habló al oído al presidente de VW, y ya no habló más sobre la revisión salarial en la armadora.
Al otro extremo del presidium el titular de Recursos Humanos de VW sólo movía la cabeza negativamente.
Karig anhelaba que concluyera la conferencia de prensa, que ya no hubiera más preguntas. Buscaba encontrar la mirada de Carlos Martínez (vocero de la UPAEP), pero nada.
Una pregunta más sobre diseño automotriz y terminó la conferencia.
Lo reporteros le anotaron a VW.
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