Secretario Técnico de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla
Se ha dicho que el origen del Día del Padre surgió el 19 de junio de 1909 cuando una mujer llamada Sonora Smart Dodd, quiso homenajear a su padre Henry Jackson Smart porque éste se hizo cargo de la educación de 6 niños cuando falleció su esposa en una granja rural en el Estado de Washington y con el tiempo su hija Sonora se dio cuenta de que su padre había sido todo un ejemplo a seguir y propuso la fecha de nacimiento de su padre el 19 de junio para celebrar el Día del Padre.
La idea fue acogida con entusiasmo en muchos países del mundo, donde se conmemora a los padres en diferentes fechas. En México como en otros países latinoamericanos y en Estados Unidos, se celebra el tercer domingo de junio de cada año.
La oportunidad de festejar a quienes nos han dado la vida, junto con nuestras madres, no debemos dejarla pasar; no es el regalo material ni la comida ostentosa o abundante, la única ni la mejor forma de patentizarles a los progenitores nuestro agradecimiento por lo que nos han dado en todas sus dimensiones.
La ocasión es adecuada para expresarles el reconocimiento a quienes han estado cerca de nosotros en todo momento brindándonos su mano para guiarnos hacía puerto seguro.
Al padre no debemos verlo como el mero proveedor de bienes para nuestra subsistencia, sino la persona que junto con nuestra madre nos han formado y han permitido nuestro desarrollo.
Este homenaje, por supuesto, es para aquellos padres que han asumido su responsabilidad como tales, y no aquellos que bajo un prejuicio machista han procreado hijos y se han alejado de ellos dejando en las madres todo el peso de la responsabilidad. A esos sólo queda conminarlos a que valoren lo importante de tener un hijo y la trascendencia que se tiene en que éste crezca bajo el amparo de la figura paterna.
Sirva la fecha para, a nombre de la Comisión de Derechos Humanos del Estado, felicitar siempre a todos aquellos hombres que son auténticos padres, en la extensión cabal de la palabra, y expresarles un reconocimiento porque contribuyen a una sociedad con valores y principios éticos que coadyuvan a alcanzar un mundo más justo, más solidario con todos y más respetuoso de los derechos humanos.