28-03-2024 07:03:32 AM

Gobierno y subempleo

Al parecer sí, el gobierno estatal y municipal resultan generadores de empleo. Las cifras de desempleo serían más altas si no fuera por sus “innovadores” esquemas empresariales. Aunque todo hace suponer que se encuentran en un dilema, porque por un lado capacitan y buscan créditos para el autoempleo y por el otro no quieren economía informal.


Para la gente desempleada o para aquella que requiera mejorar su economía existe un abanico de oportunidades: capacitación en diferentes oficios (casi todas dirigidas a mujeres) tales como elaborar gelatinas o pasteles, se les enseña tejido o costura para que vendan las prendas, también otras manualidades como elaborar bisutería; también hay otras actividades como carpintería, técnico en computación, cultivo de hierbas aromáticas o curativas.


Incluso, crearon novedosos esquemas “empresariales”, que algunos comercios cedan en forma de crédito la materia prima (estambre, por ejemplo) para que las personas aprendan a tejer y vendan las prendas.


Este tipo de “empleo” responde a las necesidades inmediatas de las familias de escasos recursos. Pero dónde y cómo venderán su producto, si no es en la calle. No les queda más que andar “deambulando”, literalmente. Y es un claro reflejo de la baja calidad del empleo y por consiguiente de los bajos ingresos que percibe la población.


La respuesta de la “eficiencia” gubernamental por mejorar el empleo -informal o la subocupación- se puede ver en las cifras del INEGI, ya que este rubro ha crecido desde los últimos trimestres.


En el primer trimestre de este año la población subocupada en la ciudad de Puebla fue de 58 mil 535 personas, contra las 48 mil 186 que había en el tercer trimestre del año pasado o las 40 mil 478 de los últimos tres meses de 2008.


Aún más, algo así como el 30 por ciento de los poblanos que forman parte de la PEA, unos 660 mil poblanos, se desenvuelve en la economía informal. Algunos, no todos por supuesto, son de los que han aprendido algún oficio, que “venden lo que haya” para obtener un ingreso. No dan recibos, no tienen un establecimiento fijo y realizan su actividad comercial entre familiares y amigos, de puerta en puerta o de plano se ubican en alguna calle para ofrecer su mercancía.


Pero, esos mismos subocupados, esos nuevos auto-empleados tienen que enfrentarse a quien les dio la idea de “ocuparse en algo”, de “allegarse recursos y mejorar su economía”: el ayuntamiento.


No les permiten andar deambulando y hasta les quitan la mercancía; aunque no se explican porqué esas mismas autoridades no les hacen nada a quienes venden botellas de agua de marca reconocida en los principales cruceros de la ciudad. Estos tampoco dan recibos y ejercen el comercio ambulante.


Mientras tanto, estos miles de prestadores de servicios o vendedores de algún producto, lograron “autoemplearse”. Son parte de la estadística positiva, ¡qué alivio!


¿Se imagina si no fuera por estos novedosos esquemas empresariales, cómo andaría el índice de desempleo en el estado o en la capital, que actualmente es del 4.6 y 6.4 respectivamente?


De alguna manera hay que justificar los millones de pesos que dicen ejercer la Secretaría del Trabajo (¿?) y Competitividad (¿?) del estado, y también el ayuntamiento de Puebla.


Así, no queda más que aceptar que el gobierno sí genera empleo, malo y de baja retribución  ¿O esperaba otra cosa?


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