“Es un hecho que estamos en una recesión” dijo el Secretario de Hacienda.
Después de casi dos semanas de inactividad, provocada por la “emergencia sanitaria”, México se enfrenta con la recesión, que se agrava por la reducción de las actividades productivas derivadas de este problema de salud pública.
El término recesión se refiere a un periodo de baja actividad económica. Se trata de la reducción de casi todas las variables en la economía:
–Baja el Producto Interno Bruto (PIB); es decir, el valor monetario de la producción de bienes y servicios del país. “Estamos hablando de una caída de 4.1% en el PIB”, aseguró Carstens.
–Baja el consumo, descienden las ventas de bienes y servicios: automóviles, viviendas, alimentos, calzado y todo aquello que satisface los deseos y necesidades de las personas. El turismo y los servicios, sectores más afectados, tardarán en reactivarse.
Por otro lado, la industria del cerdo se ha visto severamente afectada en semanas recientes debido a la psicosis desatada en torno al tema de la influenza humana, a pesar de que se confirmó que consumir carne de cerdo es totalmente seguro pues el virus no se transmite a través de ella. La industria emplea a 350 mil personas, produce 1.5 millones de toneladas de carne al año y factura unos 30 mil millones de pesos al año, cifra que se verá seriamente afectada.
–Subieron los precios de bienes básicos. Según datos oficiales, el incremento de los precios en los alimentos tuvo en abril, un alza de 10.5%, la más elevada en nueve años y medio.
-Incrementó el precio de los productos de la canasta básica. La canasta básica al mes de abril de 2009 tiene un costo de $479 contra $417 en el mismo mes del año pasado.
–La inflación se salió de control, a pesar de que el manejo de esta variable había sido prioridad anteriormente. Alcanzó 6.17% en abril.
–Aumentó el desempleo. El tema más sensible, provocado porque al caer la producción de bienes y servicios se ocasiona que las empresas demanden menor mano de obra, lo cual se refleja en la pérdida de casi un millón de empleos.
El secretario de Hacienda prevé pérdidas de unos 30 millones de pesos como consecuencia de la contingencia sanitaria.
El impacto en las finanza públicas será mayor para el gobierno federal que para los estados y municipios, ya que éstos dependen de las transferencias de la federación. Lo anterior presiona a las finanzas públicas, por lo que el gobierno federal podría recurrir a alguna de las siguientes medidas:
-Incrementar impuestos.
-Reducir el gasto público
-Contratar o ampliar la deuda.
-Una combinación de las anteriores.
Ahora, lo más importante es diseñas estrategias para la reactivación económica, y el camino más evidente es el de incrementar el gasto público, es decir, la intervención del Estado.